Yo te diré || Creek

Caramelo de miel

Sentía un horrible vacío en el estómago, esto no podía estar pasado, no ahora. Su ansiedad crecía y crecía, seguramente era una broma orquestada por el mismo Craig.

No.

No es capaz.

En esos mensajes estaban hablando de él y de Kenny, de un supuesto amor incondicional hacia Tweek, de un enamoramiento. ¿Por qué si Craig estaba tan enamorado de Tweek salía con Kenny? ¿Por qué cuando besa al otro rubio no puede notar un ápice de incomodidad en el rostro del pelinegro? ¿Por qué no se lo dijo antes? Un millón de dudas cruzaban por la cabeza del rubio. Como una bofetada de la realidad logró divisar a Craig acercándose, cerró la aplicación y disimuló lo mejor que pudo.

-¿Sabes cuánto me cobraron por esta mierda? Dos malditos perros putos dólares, en la tienda de mi casa la venden a 50 centavos, malditos ladrones ni que viniera con música esta huevada.- Craig agitaba una botella de agua con indignación.

-Te...Te tardaste.- sus mejillas ardían, no podía ver al moreno del mismo modo.

-Oh, si. Me encontré con Kenny y nos quedamos conversando un rato.- Su garganta se cerró cuando escuchó ese nombre, esto era demasiada presión.- Resulta que Stan discutió con su padre ayer y se va a revelar haciendo una fiesta, creo que deberías ir.

-¿Tú irás?

-No es como que tenga algo mejor que hacer.

-Entonces iré.-soltó una sonrisa tímida. Era una oportunidad de oro.

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-¿Fiesta?- preguntó incrédulo el castaño.

-Si, en la granja de Stan.-las mejillas de Tweek seguían sonrosadas, no había podido sacar a Craig de su cabeza.

-Creí que pasaríamos la noche en mi casa...- Culpa. No, Tweek no podía tener un día de paz en su vida, lo olvidó por completo, tampoco es como si pasar la noche con Clyde era una idea emocionante, pero él era su novio y debía darle su lugar. Se debatió mentalmente durante varios segundos.

-Lo siento. Créeme que te lo compensaré, amor.- Tomó la mano de su pareja esperanzado.

Clyde soltó un suspiro resignado y besó la mejilla de su novio.- Está bien, pero después de la fiesta iremos a mi casa.

-Si si, cómo quieras.- Después de un rato caminando con su novio habían llegado al hogar de los Tweak, se despidieron fugazmente pues volverían a reunirse dentro de unas horas.

Una vez dentro de la ducha y con el agua tibia mojando sus hebras rubias se permitió recapitular todo lo que había pasado ese día, quería creer en lo que había descubierto, pero no podía dar las cosas por sentadas. Esta noche aclararía todas sus dudas.

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La música era alta, las luces de colores sobre estimulaban sus ojos y el alcohol ya empezaba a hacer efecto en su cuerpo. Las palabras que salían de su boca ya no tenían ese filtro con su cerebro, se encontraba tirado en un sofá y con su brazo derecho alrededor de los hombros de Broflovski.

- Voy a terminar con Craig.-El pelirrojo se estremeció, no sabía si sentirse feliz o preocupado por la situación de su amigo, mejor los dos.