Dos personas totalmente distintas.
Desde lo más ordenado y meticuloso hasta lo más desordenado e improvisado, eran los extremos de sus acciones.
Un encuentro a petición de alguien más, un amiga en común, las llevan al encuentro del significado de p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lisa's Pov
La paradoja entre el amor y el dolor.
Cuando amas, duele; y cuando no duele, lo más probable es que no estés amando. En otras palabras: Con la misma extremidad que se ejecuta una cosa, la misma extremidad se efectúa con la otra, y tanto como el amor y el dolor son sentimientos extremos, quedan casi bajo el mismo efecto.
Sería muy precipitado decir que estoy viviendo algo así. Mi situación con Jennie fue como un arcoíris traslúcido con la luz del sol. Estaba y a la vez no. Pero no llegamos a un punto donde mis recuerdos con ella quedaran más comprometidos a un despecho amoroso. Más sí he vivido ambos extremos en el pasado; el amor y el dolor.
Ese que ahora recordaba gracias a una pequeña nota con la cursiva letra de Jennie en ella. Esa que paseaba entre mis dedos mientras tomaba café y la discusión en la sala de estar, de mis amigos, pasaba desapercibida para mí. Era una nota tan simple como los buenos deseos para mí en el próximo año, cosa que me inquieto pues esperaba pasar fin de año con ella.
¿Por qué entonces escribiría una nota así? Parecía como una especie de salida, plan b, en caso de que, la pequeña charla sobre el beso, no tuviera los resultados que se traducían en: Sí, las cosas seguirán siendo iguales.
"Recuerda siempre que, ninguna cantidad de culpa puede resolver el pasado y que ninguna ansiedad puede cambiar el futuro... Recordémoslo juntas".
Era admirable tal consejo. Viniendo de ella, era algo prometedor como transparente en los pensamientos que ahora le adornaban su mente inquieta de un pasado del cual se culpaba. Curioso, ¿no? Que ambas nos culpáramos de situaciones donde nuestro involucramiento parecía el más desdichado... Bueno, por lo menos el de ella.
Ninguna cantidad de ansiedad puede cambiar el futuro... Eso era algo tan asemejado a su situación con Thomas. Estaba tan empeñada en superar miedos, tomando a este chico, que no reparaba en que ello no cambiaría su futuro, lo emporaría. Encarcelarse en los brazos de alguien por superar miedos, ¿a qué costo? ¿Su libertad? ¿Su amor propio? ¿Su vida?
Era absurdo.
—¡Hoy me siento con los ánimos a tope! —Oh, claro, Jisoo faltaba por unirse, y allí se adentraba estirando sus brazos. Lucía radiante, algo no esperado ante su estado ebrio de hace pocas horas—. Siento el deseo de salir a la calle y animarle el ojo a más de una persona con mi presencia.
—Ya ve y date una ducha —Bambam fue el primero en molestarla, lanzándole un cojín que ella atrapó y le devolvió—. Hasta acá llega el hedor a vodka en tu aliento.
—¡Silencio! Hoy me siento muy de buenas, muy exótica, muy narcisista, única entre tanta existencia vana. Y tú no arruinaras eso. Por cierto —se plantó frente a los otros dos que estaban en el sofá, yo estaba en el sillón frente a la ventana—, no creas que caí en tu falso obsequio. ¡¿Por qué carajos me has regalado un soporte para papel de baño en forma de una cámara polaroid?!
