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Miguel estaba vuelto loco, tenía a sus amigos y confidentes alrededor investigando el paradero de Robby.

Habían pasado 10 Hrs desde que su Omega no estaba a su lado, y su lobo estaba furioso.

—¿No hay otra manera de localizarlo? Ya es de madrugada!—Exclamo exasperado mirando a Demetri pensar en una posibilidad

—Su anillo de casado no tiene GPS?—El Alfa lo miró fastidiado

—No, ¿Porque tendría que?—Demetri lo miró serio

—Porque es algo que usualmente harías—Frunció el ceño sabiendo que tenía razón

—Pues cometí el error de no hacerlo—Pensó tratando de recordar si había hecho algo similar con Robby—Pues si lo hice! Uno de sus anillos tiene un GPS

—¿Cuál?—Al menos tenía un avance, La familia Díaz tenía una recopilación de las joyas que se usaban en caso de que se perdiera una

—No lo recuerdo—Admitió avergonzado, Demetri casi quería lanzarle la computadora en la cabeza, pero solo se limito a suspirar.

Eli puso una mano sobre su hombro para tratar de calmarlo.

Tory se encargaba de hablar con sus contactos para averiguar algo.

El lobo del Alfa empezó a ponerse más inquieto, y lo ponía nervioso.

Los pensamientos empezaron a llegar cada vez más malos, ¿Y si le habían hecho algo malo?

Mataría a todos si le tocaban un solo pelo a su Omega.

Su teléfono sonó repetidas veces, vio el nombre y respondió al instante.

Unos gritos lo pusieron alerta, y por consiguiente una risa.

—Oh Díaz tu bastardo al parecer se ha adelantado, Ahora me tiene la duda si debería matarlos a ambos o solo a tu lindo omega—Se burla él, Miguel quiere romperle cada hueso del cuerpo como lo hizo con el padre de este

—¿Dónde está mi Omega?—Uso su voz de mando alterado

—Tu Omega está encerrado—Colgó, por primera vez en su vida se sentía un inútil.

—Demetri, Rastrea el teléfono—Dio la orden y en automático su amigo empezó a hacerlo

Dió como dos vueltas en círculos pensando como recuperar a su Omega, no sabía en qué condiciones estaría

[…]

Robby a este punto estaba sollozando del dolor, no podía ser posible, estaba a punto de dar a luz en un lugar horrible, sucio y sin su Alfa.

Se deshizo de su pantalón y ropa interior, una contracción lo hizo sisear del dolor

El no sabía nada de como dar a luz solo, su lobo estaba alterado y se sentía más y más nervioso.

Tendría que hacerlo solo, no quedaba otra alternativa

Lloro del miedo, porque había hablado con su Doctora, estaba programado para una cesárea, no un parto natural.

Otra contracción lo atacó, no pudo dormir toda la noche.

Pasaron varias horas, nadie lo visito y a él le dolía cada segundo, significaba que estaba dilatando, apesar de que había estado al tanto del todo todo el embarazo

El verdadero dolor llegó poco después cuando empezó a pujar, sus gritos sonaban por toda la habitación apretó las horribles sábanas y pujó con todas sus fuerzas por lo que le pareció eterno, sollozaba a medida que lo hacía y dolía mucho, su lobo trataba de reconfortarlo

Jaula de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora