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Su Alfa lo ayudo a salir del auto, sus manos estuvieron en contacto al igual que sus ojos.

Llevaba un Fur Coat blanco con algunos destellos grises, metió una mano a su abrigo, mientras que la otra se colgaba del brazo de su marido

Caminaron elegantes, el Alfa caballeroso lo dejo pasar primero, las miradas se dirigieron hacia ellos todas hinoptizadas, tanto Alfas, Betas y Omegas los miraron pasar, en la entrada le quitaron su abrigo y los ojos estaban más puestos sobre el

Trato de mantener un perfil bajo, quería que Miguel descatara más, ya que al ser un terreno poco experimentado quería mirar primero antes de actuar

Alguno hombres se acercaron a saludar a su Alfa, el solo se dedicó a dar una suave sonrisa en señal de respeto

—No te sientas intimidado cariño, ¿Quieres una copa?—Pregunto Miguel mirándolo fijamente mientras agarraba con delicadeza una copa que llevaba un mesero para darsela

Gracias Miggi—Susurro llevando la copa de vidrio a sus labios para saborear el contenido

—Luces como un ángel—Lo alago el Alfa, el bajo la copa de sus labios y le sonrió

—Gracias cariño, pero no lo soy—La expresión confundida de Miguel fue memorable, pero antes de que pudiera hablar, Sam se acercó a ellos con una copa en mano usando un hermoso vestido azul eléctrico

—Hola a ambos! Me lo puedes prestar tantito? Quiero que vea a mi padre—Dijo la Omega al Alfa, el mayor solo asintió viendo como se llevaban a su pareja lejos de él

La Omega le sonrió y el devolvió el gesto viendo como se acercaban al Señor LaRusso acompañado de un hombre que estaba de espaldas y no podía ver su rostro

—Se han casado recientemente, y quisiera presentarte lo—Emocionada su amiga casi lo arrastró hacia los recién casados—¡Papá! Mira quién está aquí!

El señor LaRusso apenas lo vio le sonrió, así que su propia sonrisa cobro vida en su boca, pero murió cuando vio a la otra persona girarse

Debió suponerlo, unos ojos azules como el cielo lo miraron.

—Felicidades a ambos—Estrecho sus manos con los dos antes de que el rubio frente a él dijiera algo

—Gracias Robby, lo apreciamos mucho—Agradecio el Omega Pelinegro mirando a su pareja que se había quedado mudo mirando al omega más joven con asombro

—¿Johnny?—Sam dijo mirando al rubio un poco pasmado

—Oh, me parece que conozco a su esposo Sr LaRusso, era un cliente frecuente de mi cafetería, Que agradable sorpresa verlo de nuevo Señor Lawrence—Hablo salvando a su padre de un malentendido, el mayor solo asintió de acuerdo con la mentira

—¡Valla! que pequeño es el mundo—Dijo Daniel sonriente no notando cómo Johnny se removía incómodo en su lugar

—Lo es—Se limito a decir el Alfa viendo unos ojos verdes mirarlo intensamente

—Bueno, me retiro, Muchas felicidades a ambos otra vez, debo buscar a mi esposo—La cara del Alfa valió millones cuando escucho la última palabra

—Oh claro que sí Robby, anda, no queremos que se impaciente, ya sabemos cómo es—Bromeo  Daniel poniendo paranoico a su esposo sin saberlo

El se giró y camino hasta Miguel que estaba platicando con uno de los socios, lo recuerda, era uno que fue esa vez en la cafetería, el hombre se alejo de ellos quedando otra vez solos

—¿Que quería el Sr LaRusso?—Pregunto curioso Miguel bebiendo de su copa

—Sam me presento al esposo del Sr LaRusso—Dijo volteando a ver por un instante hacia la dirección de dónde se encontraban Sam y los demás, su mirada se encontró con unos ojos azules que miraban insistente a él y a su acompañante

Jaula de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora