Hospital

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POV Scarlett

Suelta un quejido cuando el doctor termina de hacer los puntos. Había sido muy fuerte en realidad, no se había quejado más que una sola vez. Llevaba puntos desde la parte media de la frente hasta dos dedos detrás, así que hubo que rapar esa área.

Llevaba suero conectado para poder disminuir el alcohol en su sangre y ahora se veía mucho mejor. Realmente me asusté cuando vi la sangre en sus manos y su ropa, pero seguía herida.

-Listo. Debes limpiar con cuidado la herida y evitar cremas aromáticas o perfumes.

-¿Pero estará bien?-cuestiono.

-Lo hará. Recibimos pacientes así con mucha frecuencia, no deben preocuparse. En un par de días vendrás y quitaré los puntos y procura limpiar la herida una o dos veces por día. Ya después recetaré un cicatrizante.

-Seria increíble, porque vivo de mi rostro-Lizzie menciona haciendo reír al doctor.

-Lo entiendo.-sonríe tirando los guantes-Procure que su amiga no beba tanto y usted evite tropezar por escaleras.-Lizzie asiente-Es todo por mi parte, las dejare y una enfermera vendrá a retirar el suero cuando haya terminado. Que descansen.

-Muchas gracias, doctor.-sonríe y sale de la habitación-Ahora que estás sana, te esperaré fuera.

-Scarlett, debemos hablar-niego.

-No tienes que explicarme nada. Es claro lo que pasaba.

-Es que no lo es. Aaron y yo somos mejores amigos, lo sabes.

-En realidad no-bufa-¿Sabes que? No me debes decir nada, entiendo que te guste tener parejas esporádicas. No es asunto mío lo que hagas.

-Pero ni siquiera-interrumpo antes de que siga.

-Da igual.-tomo mi bolso y me doy la vuelta.

-¿Me puedes escuchar? No da igual, ¿entiendes? Vamos a hablar esto porque no dejare que te vayas...ouch. Así.-giró y ella está sujetándose del suero-No te dejare ir sin que hayamos resuelto esto.

Evitó que mi quijada caiga. Todos mis ex's  preferían irse o que yo me fuera. Siempre quedaban las cosas así, y eso siempre me ocasionó inseguridades. Pero ella no dejó que la intimidara y mucho menos que la dejara. Regreso y dejó mi bolso en la camilla.

-Aaron ya estado pidiendo que saliéramos desde que estábamos en Los Ángeles y lo he ignorado. Fue a mi departamento hoy y bebimos, charlamos un poco de lo que sucedía en la vida de ambos.

-¿Y por eso debía estar tan cerca de tu rostro?-niega evitando una risa-Elizabeth.

-Él solo se pone tonto ebrio. Nunca ha intentado nada y no lo hará-elevo la ceja-Él sabe que nos hemos estado viendo.

Tomó un segundo en analizarlo. Ella le hablo de nosotras. Me sonrojo de inmediato sintiéndome apenada por todo lo que yo había ocasionado.

-Lo lamento, tal vez debí pedir tu consentimiento antes de hablar con él sobre ese tema, pero en realidad me sentía muy desesperada, necesitaba decirle a alguien.

-No, discúlpame a mí. Soy una idiota y no debí suponer cosas sin esperar a que tú me contaras. Oh, Dios mío-me acercó abrazándola-Mira lo que he ocasionado.

-No hiciste nada. Solo fue mi torpeza-susurra sujetando mi cintura-¿Estamos bien?-pegó mi frente a la suya.

-Lo estamos-confirmó cerrando mis ojos-Deje que mis inseguridades me ganaran y tu no tenías la culpa.

-Fue un momento confuso, está bien ahora-acaricia mi espalda-Creo que me tengo que recostar, me siento mareada.

Ríe y le ayudo a recostarse. Sujeto su mano acariciando el dorso de ella.

Amor entre cámaras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora