Dylan Winds, el mas joven profesor de Beacon se encontraba dando sus clases con normalidad, su rostro como de costumbre serio denotaba la profesionalidad con la que tomaba su trabajo, sin embargo toda la concentración de sus estudiantes se disipó cuando el cielo se oscureció por la imponente sombra de una aeronave Atlasiana sobrevolando el espacio aéreo.
—Ese cretino y sus entradas vistosas— el profesor gruño pellizcando el puente de su nariz mientras esperaba la misma distracción de siempre.
—¡¡¡Wooooow increíble!!!—
—No creen que eso es... ¿demasiado?—
—...¿realmente las cosas están así de mal?—
Los murmullos nerviosos y atemorizados de los estudiantes no se hicieron esperar, eso resultó extraño ya que no solía ocurrir en las veces anteriores cuando llegaba la nave comandada por el general de Atlas, extrañado por el temor tan abrupto de sus alumnos levanto la mirada desconcertado ante lo que se encontró, en esta ocasión el miserable había exagerado a lo grande ya que no solo trajo su imponente nave personal para alardear la grandeza de su reino si no que trajo toda una flota que parecía estar lista para desatar una guerra en cualquier momento, en ese momento comprendió por que todos estaban tan atemorizados de repente.
—Muchachos— Dylan golpeó su borrador contra la pizarra reuniendo nuevamente la atención dispersa de los estudiantes —ya se que a nuestro terco y fastidioso general favorito le gustan las entradas extravagantes pero por favor presten atención a la clase— pidió con un claro malhumor imposible de disimular mientras su vista se dirigía hacia la ventana. ¿Qué demonios pretendía hacer ese lunático? Vale puede cuidarse solo, no necesitaban que Atlas meta sus narices donde no lo llaman solo para expandir el miedo en la población con sus flotas y robots invadiendo las calles y el cielo.
La gente se sentiría mas insegura imaginando la gran amenaza que ameritaba todo eso que teniendo un Beowolf en la puerta de sus casas. Tan pronto como sus clases de aquel día terminaron salió de inmediato con dirección a la oficina de Ozpin en la torre más alta de la academia, cuando estaba llegando al elevador que lo conduciría al encuentro de su director y el general Ironwood se percató que el mismo estaba en uso, bajando de la oficina a la que deseaba llegar se encontraba una Glynda nuevamente con mal humor, Ironwood era la respuesta obvia que ni siquiera debía preguntar.
Cuando se percató de su presencia la rubia lo observó con algo de confusión —¿Qué haces aquí Dylan?—
—Me gustaría hablar con nuestro invitado de honor que acaba de traer todo un ejército a nuestra academia, por su culpa el caos invadió mi clase y no dudo que pasara lo mismo en la ciudad— dijo mientras sus puños se apretaban por acto reflejo y su entrecejo se arrugaba molesto —ese bastardo arrogante no puede estar sin presumir la superioridad atlasiana en cuanto a su fuerza militar, se entromete en los problemas del mundo aunque no le incumben ni lo han invitado—
—Así es James, solo intenta hacer lo correcto y proteger a las personas a su manera, deberías calmarte un poco— intento defender al general con un tono de voz apacible para tranquilizar al Winds, lo que menos quería ahora es que fuera irracional y hiciera algo estupido como atacarlo de forma deliberada.
—Su manera parece ser preparar a la gente para una guerra innecesaria, invade nuestro reino, cielo y ciudades con sus tropas ¿cómo espera mantener el orden en la población de esa forma? Si tuviera a su profesor enfrente mío lo golpearía por no darle la lección más importante todas "toda decisión del estado tiene su reacción en el pueblo"— saco sus quejas sin pelos en la lengua mientras desviaba la mirada —por alguna razón más que tranquilidad esto me pone mas alerta que antes ¿y si Atlas está intentando conquistarnos otra vez? Prácticamente estamos dejando a su ejército tener el control de nuestra nación—
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Rwby Soft Breeze [I]
FanfictionSiempre se había considerado a sí mismo como una suave brisa perdida en el mundo, débil e incapaz de hacer algo más alla de agitar las hojas de los árboles. Pero no podía permanecer siempre así, su deseo era volverse un fuerte cazador, convertir esa...