Hola a todos el día de hoy ya culminó las 10 historias de cada libro MilCam... Espero que les guste los 10 temas 😘que han sido escogido 👌para las cuatro partes de las historias MilCam....
Este libro todavía no le he puesto un límite así que todavía estaré subiendo historias MilCam próximamente 😚.
Siempre pongo lugares como Grecia por qué Milo es griego. Francia por qué Camus es francés. O Estados Unidos por qué es un lugar en dónde surgen más las historias. Pero no he puesto casi muchos países latinoamericanos. Así que decidí por mejor hacer esta historia de mi país natal Ecuador. Espero que no le moleste 😅.
ℍ𝕚𝕤𝕥𝕠𝕣𝕚𝕒 (𝟙𝟘) ℍ𝕒𝕣𝕖́ 𝕢𝕦𝕖 𝕥𝕦́ 𝕠𝕞𝕖𝕘𝕒 𝕞𝕖 𝕣𝕦𝕖𝕘𝕦𝕖.
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Intro:
Milo y Camus tienen una relación, pero el problema es que cada vez que pasan de besos y caricias y quiere uno de ellos pasar a segunda base. Pasa que el omega pide que no lo haga. Y como alfa obediente para sus acciones pero cansado de eso, planea jugar ahora con eso. Hacer que su omega ruegue por estar con él.
¿Cree que saldrá bien?
Capítulo 1. Lo mismo de siempre.
En una pueblo pequeño de Latacunga, Ecuador. Un joven griego pelimorado estaba revisando unas documentaciones. Mientras que por la puerta de aquella casa ingresaba un joven peliaguamarina.
Estaba tan concentrado que no se había dado cuenta hasta que el galo lo sorprendió ya que le comenzó a besar sus labios, los besos estaban subiendo de nivel ya que ambos ingresaban al cuarto.
El griego acostó al galo a la cama siguieron besando sus labios. El griego comenzó a besar el cuello del omega pero después de besar un buen tiempo ahí volvió a besar sus labios. Pero de un momento a otro el galo quiso atrapar a Milo agarrando y aferrarse de los cabellos del griego. El pelimorado se aparto de un solo.
.... ¿Que pasa Milo por qué te apartas?
Lo decía angustiado el galo ya que vio que Milo se había levantado de un solo.
Milo: No creo que sea bueno hacerlo. Camus recuerdas que esto haríamos cuando nos casemos.
El galo trago grueso ya que nunca pensó que ese griego apresurado le dijera tal cosa así que agachó su mirada apenada.
Milo: No te preocupes Camus. Siempre es lo mismo. De las caricias no pasa. Ya que un día quise hacerlo y tú me detuviste.
