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Isabella y Mixxy estaban viendo la nueva actualización del blog de Alya.
—No parpadees ahora, porque estamos en vivo desde París. Oye, Alya aquí, trayendo para ti el único Ladyblog —De repente, se escucharon ruidos de helicópteros. —¿Eh? ¿Qué es eso?—Alya cuestionó. En ese momento, Belle Guépard está en la entrada del helicóptero, tirando de la cuerda del yo-yo de Ladybug mientras la heroína insecto cuelga al final de la línea. Chat Noir está adentro con el piloto, pero Alya no lo sabe.
Ladybug deja caer el libro.
—Ladybug y Belle Guépard en acción. Espera porque vamos a dar un paseo—Alya corre y recoge el libro. —¡Alucina! Lo que tienes aquí no es un libro ordinario, es un libro de historia de décimo grado. Y debería saberlo porque tengo este mismo libro. ¿Podría nuestra propia Ladybug ser una estudiante de secundaria, en la vida real? Y si es así, ¿Belle Guépard también podría ser una estudiante de secundaria? ¡Vaya!
Isabella pausa el video y se frota las sienes.
—¡Esto es malo, súper malo! Si Alya descubre quién es Belle Guépard o Ladybug por un libro de historia, ambas estamos acabadas
—Cálmate, Isabella. Alya puede sospechar que Belle Guépard es una estudiante, pero probablemente sospeche aún más de Ladybug, fue ella quien dejó caer ese libro, no tú—dijo Mixxy.
La chica de ojos esmeralda suspiró.
—Tienes razón, estoy exagerando, pero aun así, desearía que Ladybug no hubiera dejado caer ese libro, si pudiera cambiar el pasado lo haría.
—Bueno, no puedes cambiar el pasado, pero puedes aprender sobre él.
—Isabella—Hannah entra la habitación de la chica.—¿Quiere ir conmigo al museo?
Isabella abrió las puertas de su balcón y salió, miró a París, admirando la Torre Eiffel
—¿Si o no?—pregunta Hannah, caminado a su lado.
—-Sí, pero ¿quién dice que tenemos que caminar?—Preguntó la sedosa chica de cabello negro, sonriendo con picardía.—Mixxy, ¡Acelera!.
Belle Guépard recoge a la chica rizada.
—¿Estás lista para enfrentar tu miedo a las alturas?
—Umm, no... Mejor bájame—responde Hannah, mientras intentaba bajar pero Belle Guépard no la deja.
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