El camino a una vida normal

//Capitulo 11/Pensando en mi//

Narra Izuku.

Los días pasaron como si hubieran sido unos meros segundos, pero aun así esos rápidos segundos pensé en lo que dijo Rei, y claramente tiene razón, soy un adolescente a fin de cuentas, debería estar pensando en cosas obscenas, salir de fiesta con amigos, o mínimo pensar en pasarme algún juego, pero nada de eso ha pasado por mi vida, siempre pensé en ayudar a otros o en terminar algún invento, aunque cuando me fui de aquella casa lo único que podía pensar era en sobrevivir y tener dinero.

Ahora tengo que despejar mi mente e ir a dar un paseo, o siquiera entablar una conversación con alguien que no sea de mi familia, algo similar a lo que hacemos con Melissa, y pensándolo mejor, ella tiene mejor interacción social que yo.

Ya está decidido lo que hare hoy, pero antes dejare el desayuno hecho, no quiero que se queme el departamento, o que se gasten toda la comida en algún alimento altamente peligroso para el ser humano, Tomare mi cartera y celular, y vere que tengo guardado por allí, a lo mejor tengo algún cupón para comprar en alguna heladería nueva, o quizás simplemente un contacto viejo.

Y pensándolo bien, recuerdo que no hace mucho una chica de la clase B me dio su número, pero desgraciadamente también me lo dio por trabajo, creo que tendré que hablar con alguien desconocido.

Mientras dejo el desayuno en la mesa, tomo los papeles que tengo en la billetera para ver si encuentro alguno que llame mi atención, por desgracia ninguno lo hizo, así que preferí abrir la aplicación del mapa para encontrar algún local de entretención al cual al cual ir y distraerme un rato, suerte la mía al encontrar uno a tan solo dos cuadras de distancia, no se ve que sea el local de una grande empresa, pero según escuche por algún lado, no todo lo bueno viene de algo grande o costoso, la verdad ni recuerdo la frase con exactitud.

Estando en el local me encuentro con la sorpresa de un lugar pequeño pero aun así tenía unos mini dos pisos, en los cuales ambos poseen dos filas de computadores gamer de los cuales no puedo decir que tengan malos componentes, y lo mejor de todo es que no estaba lleno, al contrario se encontraba bien vacío, únicamente estábamos yo y la dependienta, con calma me acerque y pregunte cuanto costaba la hora, su precio era proporcional al tamaño del local, es decir, era barato, con una sonrisa pago dos horas de golpe y con calma me instalo en el computador más cercano a la chica, en caso de tener inconvenientes tener cerca a alguien que me ayude.

Pasando los minutos comenzaron a llegar más personas, casi todos tenían mi edad, aunque estos venían en grupos y se les notaban que estaban llenos de energía, lo cual es sorprendente tomando en cuenta que eran recién las nueve y quince de la mañana, se notaba que llevaban tiempo viniendo, pues la dependienta los saludo de manera muy confianzuda, nada malo a mi parecer.

Y así fueron las dos horas de aquel servicio, la verdad pasaron muy rápido, pues tenían muy buenos juegos en las computadoras, por ejemplo el GTA V, o también el Valorant, irónico fue que quede en la partida de uno de los grupos que llegaron al lugar, también eso hizo que fuera más divertido y estratégico, la pase bien junto con ellos, aunque lo único con lo que podría seguir en contacto con ellos fue la amistad forjada en la plataforma de juegos, ojala pueda jugar nuevamente con ellos.

Siguiendo con mi caminata encontré más lugares interesantes, por ejemplo una pequeña plaza con juegos infantiles, máquinas de esos ejercicios que siendo sinceros no sirven de nada y también estaban unas canchas de futbol, aunque el suelo era puramente tierra seca, tenía un desgaste notable en la zona de los arcos, aun así niños que a la vista estaban llegando a la adolescencia se pusieron a jugar, también me invitaron a jugar, yo acepte gustoso, creo que estuvimos unos cincuenta y ocho minutos jugando, termine en el equipo campeón, e incluso marque un gol, algo ridículo, pero fue gol a fin de cuentas.