Eleven va entrar a un campamento de verano para aprender a socializar antes de entrar a la escuela en Hawkins.
En el campamento conocerá nuevas personas y nuevos amigos mientras descubre más de ella misma.
Once casi siempre es la secundaria en las h...
Ya estaba lista para la fiesta, mi outfit para la fiesta era muy lindo, no recuerdo cuando lo compre, pero es de mis conjuntos favoritos.
Sali del baño lista para ir con Alex.
-¿Donde estas?- grite por que no lo veía y quería confirmar que no se habia ido sin mi.
-Abajo, princesa, ¿ya estas lista?-
-Si ya voy- baje y ahí estaba el, se veía lindo, en los tres días que llevaba conviviendo con el, su estilo era muy relajado, y esta ocasión no era la excepción, no se nota mucho, pero creo que se esforzó un poco.
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Se vestía un poco similar a Mike, extrañaba hablar con el, me siento un poco alejada de el, y de Max es raro no tenerlos cerca, pero me gusta estar haciendo amigos por mi cuenta, me siento libre e independiente.
Alex al verme no dijo nada, solo se quedo parado observándome de pies a cabeza, y su primer signo de vida fue un suspiro.
-Te ves hermosa princesa, bueno siempre..- suspiro de nuevo-¿nos vamos? - me tendio su brazo para que yo me sujetará de el.
Es un lindo gesto.
Y yo me sujeté de el, sin pensarlo y sin temer de que me hiciera daño.
-Entonces vamos a divertirnos princesa- abrió la puerta y me dejo pasar primero, para luego ponerle seguro a nuestra cabaña.
Me sentía feliz, y nerviosa, nunca habia ido a nueva fiesta entre tanta gente.
-Alex, hay que tomarnos una foto-
-Me parece una buena idea, saca tu teléfono creo que olvide el mío.-
Busque mi teléfono en mi bolsa y tampoco estaba, lo habia dejado en el baño mientras me arreglaba.
-Yo también lo olvide, ¿puedes ir por ellos? el mío se quedo en el baño-
-Claro, esperarme aquí ahorita vuelvo-
Perspectiva de Alex
Jane se veía hermosa, ese conjunto rosa la hace ver como real princesa.
Abrí la puerta, mi teléfono estaba en la cocina, lo deje ahí cuando estaba limpiando.
Busque el de Jane y estaba en la repisa del baño, su teléfono era lindo, y la funda con fotos de sus amigos de Hawkins eran muy representativos de ella, creo que ella se sorprendería si le revelo que yo también soy de Hawkins, y que seré transferido a la Preparatoria de Hawkins el siguiente año.
Al menos no conozco a sus amigos, no creo que ellos me conozcan a mi.
Ya iba de camino a la puerta y sonó un teléfono, conteste por que creí que era el mío.
-Hola Ce, como te fue hoy, perdón por no haber podido hablarte, mi mamá me mantuvo muy ocupado el día de hoy-
-¿Quien es Ce- revise el nombre de contacto y decía Mike.-Te equivocaste de numero, o de nombre, por que la dueña de este teléfono se llama Jane.
Creo que es el noviecito.
Creo que mi cara hizo una mueca de asco al leer su nombre.
-¿Quien mierda eres? y ¿Por que tienes el teléfono de Jane?-Su tono de voz era irritante.
¿Como Jane lo soporta?
-Soy Alex, el que vive en el mismo techo que Jane, un placer, y ¿tu eres?- mi intención era hacerlo enojar, o al menos provocarlo un poco.
-Soy Mike, de Hawkins, el que ah pasado casi tres años con Jane, un placer-
Este chico quería jugar a quien se enojaba primero, y yo no pensaba perder.
-Ahhh, el noviecito, ¿Para que buscas a Jane?-
-No creo que sea de tu incumbencia, pero para que la curiosidad no te carcoma, es para hablar con ella-
-Lo siento, me esta esperando para ir juntos a una fiesta, creo que tendrás que hablar con ella después, pero tranquilo, no volveremos muy tarde-
-Hijo de puta, pásame a mi novia-
-Tranquilo, le diré que llamaste, bye-
Alargue la "e" en bye entre carcajadas mientras escuchaba unos insultos de fondo y le colgaba.
Sali de la cabaña con una sonrisa en mi rostro y me dirigí hacia Jane
-Ya volví princesa, por cierto tu novio llamo, es medio raro no se que le viste- le di su teléfono- en fin, la fiesta nos espera-
La fiesta era ruidosa, y muy colorida, Jane se veía cada vez mas sorprendida mientras mas observaba, tengo mucha curiosidad por su pasado.
Ella lucia hermosa, feliz y tenia una sonrisa, enserio envidiaba a Mike en este momento.
Bailamos muchas canciones, y cantamos a todo pulmón, hasta que vio su teléfono, su cara cambio a una de preocupación, y se alejo.
Cuando por fin volví a ver ese bello conjunto digno de una pintura, su preciosa modelo tenia una cara triste, no me gustaba verla de esa manera, me acerque a ella y la abrace, no dije nada, permanecimos así un largo tiempo.
