Senku nunca fue muy aficionado a las festividades humanas, pero desde que empezó a vivir como uno de ellos empezó a encontrarle cierto gusto a Halloween, quizás porque era un día en el que podía pasearse por donde quisiera sin necesidad de ocultar sus alas negras, alas que marcaban el ser tan impuro que era, hijo de un ángel y un demonio.
E incluso con esa impureza, se las había arreglado para encontrar a un ser más impuro todavía, una hija de un demonio y un humano, algo más común, pero igual muy mal visto. Y claro, él podía tener una personalidad más equilibrada, su maldad innata controlada por la bondad innata, pero ella era mucho más inestable. Y claro, él acabó asquerosamente enamorado de esa mujer.
Al principio era difícil controlarla, controlar sus ansias de matar y su gusto por la sangre, pero la maternidad la ablandó y lograron casarse y comenzar a formar parte del mundo humano normal, aparentando ser una típica familia en una ciudad humana cualquiera.
Todo era estable, tenían una buena idea y criaban a sus dos hijas con normalidad, intentando convertirlas en buenas personas a pesar de tanta sangre demoniaca en sus sistemas. Por suerte, la parte ángel parecía ser la dominante en ellas, eso o quizás ellos no podían evitar verlas como ángeles incluso cuando le rompían el brazo a un compañero de clases. ¿Quién sabe?
De todos modos, ahora que tenía su familia completa y las niñas habían crecido un poco, Senku encontró otro motivo para hacerse más aficionado al día de Halloween.
Era la ocasión perfecta para mandar a las niñas a pedir dulces junto a los hijos de sus amigos, siendo vigiladas por ellos. Y, estando solos en una noche donde lo tenebroso abundaba y se adjudicaba a simples efectos decorativos, Senku aprovechaba para saciar un poco esa sed de sangre que tenía su bella esposa, dejándola sacar sus impulsos más oscuros a relucir en la soledad de su hogar, sin importarles que la sangre salpicara las ventanas.
—Auch —gimió dolorosamente al sentirla rasgar su cuello por tercera vez, arrancándole un trozo de carne y devorándola como si fuera una bestia sin raciocinio.
La herida se regeneró rápidamente y ella empezó a lamer la sangre que había quedado en su hombro, usando una de sus manos para mantenerlo quieto mientras la otra destrozaba lo que quedaba de sus ropas, dejándolos a ambos totalmente desnudos.
—Si no te amara tanto... te comería por completo. —Pasó la lengua por todo su cuello—. Eres delicioso.
Grandes garras recubrían sus manos ahora, dándole un aspecto mucho más amenazante.
Senku tragó saliva, en parte odiándose por haber recurrido a esto para contener sus impulsos asesinos, pero una parte de él, una parte muy masoquista, calló a la lógica recordándole lo bien que se sentía dejarse llevar por Kohaku cuando se ponía así, y era algo que pasaba pocas veces al año.
—Bueno, puedes comerme de la otra forma. —Sonrió descaradamente, jalando su cabeza para apartarla de él. Rápidamente se sentó y la jaló para acabar con el rostro a la altura de su erección—. Aunque será mejor que no me muerdas ahí, recuerda nuestro trato.
—¡Ja, no prometo nada! —Liberó su miembro de los confines de su pantalón y pasó la lengua lentamente por la punta, sin apartar sus ojos de los suyos.
Abrió la boca para introducirlo de golpe en su garganta y Senku la esperó con ansias, pero entonces sonó el timbre de su casa.
—¡Maldita sea! —gruñó él—. Otros mocosos que saltaron la cerca...
No tenían miedo a las travesuras, esto era Japón y la gente era educada, en su mayoría. Los niños se iban si no los atendían, y la cerca cerrada normalmente funcionaba para que no molestaran, pero había algunas excepciones.
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Química, anatomía y una pizca de limón
FanficColección de one-shots eróticos, NSFW o LEMON de Senku x Kohaku! / Primer shot: AU! Kohaku es una invitada que Senku no debería haber tocado nunca, pero acabaron traspasando todo límite imaginable... y les encantó.