-Quítate la blusa.
-No, papi. Por favor no...
-Dije que te la quites... ¡Ahora!
-Papi, no quiero. No me hagas...
-¡Hazlo! ¡Quítatela! ¡Es una orden!
Apenada y con lágrimas colgando de sus
ojos, la niña se despojó de la blusa
lentamente. El hombre, al ver la piel
desnuda de su hija, no pudo hacer otra
cosa que llorar. Se sintió miserable,
impotente, furioso. Abrazo a su hija y le dio
un beso en la frente.
-Debemos alejarnos de tu madre- dijo
el hombre acariciando a la niña, mientras
sus lágrimas caían sobre las quemaduras
de cigarro de su piel.
CUENTOS PARA MONSTRUOS.
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¿Las cosas pasan por algo, no?
Short StoryCuentos para monstruos, microrrelatos que te dejaran sin aliento.