Ella era una asesina.
Había arrebatado múltiples vidas, y
lo hubiera seguido haciendo de no
ser por la bala policial que atravesó
su cabeza.
Después de su muerte,
inexplicablemente logró abrir los ojos
otra vez.
Estaba a oscuras. Trato de moverse,
pero un dolor agudo la detuvo.
Empezó a retorcerse. Le salieron
garras, colmillos y su cuerpo sufrió una
grotesca transformación.
No pudo salir de aquel espacio. Ahora
ese era su nuevo hogar:
debajo de la cama de un niño.
CUENTOS PARA MONSTRUOS
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¿Las cosas pasan por algo, no?
Short StoryCuentos para monstruos, microrrelatos que te dejaran sin aliento.