Capitulo 2

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—¿Hasta donde mas me pensas seguir? —preguntó irónicamente él.

Yo seguía sin poder creerlo, era el chico de ayer...y de hoy...

—¿Podes dejar de ser tan perseguido? Ni si quiera sabía que vivías acá.

—Aja, si claro, y ¿a quien viniste a ver?

—¡A mi! —exclamó Mia.

—¿Ella era la chica que estabas buscando? —preguntó él con un tono confundido.

—¿Te caíste a propósito? —Preguntó Mia con un tono desconfiado.

MALDITO ENGREÍDO.

—No. Dije eso para que me dejes de molestar —conteste mirando a Tomas.

—¡¿Estabas molestando a una desconocida?! —Gritó Mia.

—No tan desconocida —dijo Tomas mientras me sonreía y pasaba por al lado mío.

—Bueno, no se que que te hizo, pero perdónalo, no todos nacemos con todas las neuronas —dijo Mia poniéndose en frente mío.

—Está bien...ahora me voy a mi casa.

Estaba abriendo la puerta cuando a Mia se le ocurrió..

—¡Tomas! Acompáñala.

—¡¿QUE?! —gritamos los dos al mismo tiempo.

—No gracias, yo sé dónde queda mi casa —explique.

—Pero es de noche. Te puede pasar algo, ademas, Tomas te debe un favor.

—Podría comprarme un helado —sugerí.

—¿Gastar mi plata en vos? Nunca —dijo él mientras se tiraba en el sillón con su celular.

—¡TOMAS! —le gritó Mia.

—Bueno esta bien, puedo sacrificar mi tiempo por la señorita que no puede ir sola a su casa —ironizó mientras se paraba.

—Sam, este es mi numero, por cualquier cosa —dijo Mia mientras me daba un papel con su numero.

—La voy a cuidar bien —dijo él mientras abría la puerta —primero las damas —dijo dejándome pasar primero.

Una vez que salimos suspiré, ¿a donde lo iba a llevar? No quería que sepa mi ubicación.

—¿Porque aceptaste acompañarme? — pregunté.

—Primero, por que soy un caballero —yo volteé mis ojos— y segundo, por que tenemos muchas cosas que hablar.

—Eso es verdad, TOMAS.

—Por fin sabes mi nombre, me imagino que en tu mente me describías como "el chico hermoso de ayer" bueno, ahora te la dejo más fácil, me podes decir Tomas.

MALDITO ENGREÍDO.

—¿A tu novia no le resulta molesto tu comportamiento?

—No, digamos que me soporta —respondió con una sonrisa.

—Cuídala, estoy segura que va a ser la única mujer que te aguante y no por mucho tiempo.

—En realidad estaba pensando en dejarla.

—¿A la única mujer que te soporta?

Después del veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora