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Luego de el torpe baño que Edgar les dio a los niños, los vistió con la ropa anteriormente preparada por el. Lydia llevaba una polera de mangas corta antigua de Edgar, de parte inferior; ocupaba uno buzo de pijama muy delgados y cómodos, debajo en sus pies debieron haber hecho muchos dobles para que no esté tropezando cada vez que intente caminar.

Su mellizo Lyam llevaba otra polera de Edgar(también vieja) juntos con un short que a Edgar le quedaba pequeño.

Ninguno de los dos llevaba ropa interior, primero porque Edgar no tenía de su tamaño y segundo, porque no podían utilizar ropa interior ya utilizada por gente ajena.

Edgar vio el reloj de su pared cuando dejó a los niños en la sala para que vean televisión, tal objeto marcaba que ya eran las ocho. Tenía el pensamiento de ir a comprar ropa infantil en el supermercado de 24 horas, pero no tenía a nadi en este momento como para que cuiden de estos niños, ya sea por el bien de ellos o por el bien de su casa.

Miró a los niños por un momento: "¿Debería llevarlos al supermercado así conmigo?" Pero tan pronto como ese pensamiento paso por su mente, lo negó. Por más que quisiera llevarlos no deberían ir así, los ojos no son ciegos y mucha gente fácilmente podría juzgarlos y tirarle la policía encima por maltrato infantil.

Le quedó su última alternativa.

Fue a su habitación con su teléfono para buscar a alguien entre sus contactos, cuando encontró a su victima, marco el número.

Segundos después respondieron. ─Dime.

Era Sarah.

─¿Estas desocupada mañana en la mañana?

─¿En la mañana? Eh... Tal vez-

─Ahora estas ocupada.

─¿Qué?

─Mañana en la mañana te quiero en mi departamento.

─... ─Sarah se quedó en silencio. ─Edgar, habla bien, no te entiendo nada analfabeto de mierda.

─Es sobre el tema que hablamos en la mañana.

Sarah exclamó detrás del teléfono. ─¿Pero que tiene que ver con que yo vaya maña...? No me digas, Edgar ¿Qué mierda hiciste?

─Necesito que los veas mientras muevo algunas cosas fuera.

─PERO EDGAR JOD-

─Mañana te espero, adiós.

─COMO PUEDE-... ─ Edgar colgó.

A Edgar le gusta cortar a la gente mientras están hablando, le parece algo muy hermoso.

Salió de la habitación con una sonrisa divertida, cuando se encontró con los niños en la sala, se detuvo unos momentos.

Lydia le devolvió la mirada por unos pequeños momentos, luego miró a su hermano. Lyam estaba absorto en los dibujos animados que estaban transmitiendo por la tele mientras se sujetaba del brazo de su hermana mayor. La pequeña sonrió con suavidad al ver a su hermano más tranquilo, de manera inconsciente se tranquilizó junto con el.

Edgar decidió mantener el silencioso para no interrumpir la pequeña burbuja de los pequeños, fue a la cocina para preparar la última comida del día.

El usualmente almuerza en la universidad, por lo que en su alacena y refrigerador mantiene solo cosas para desayuno o solo comer aperitivos como el té. No tenía alimentos para hacerle una cena abundante, por lo que solo se dispuso a hacerle una hora de té a los niños.

Puso a hervir la tetera, con sus manos rápidas preparó unos sándwiches de jamón y queso, tenía un queque que hace poco había comprado como antojo, por lo que también decidió incluirlo en el té.

Padre de villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora