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Edgar estuvo deambulando por el camino perdido en sus pensamientos, cuando recibió una llamada de Sarah despertó por completo de sus atacantes pensamientos, ella llamó para preguntar cuando rayos llegaría, En el momento Edgar se sintió un poco confundido cuando le preguntó por la hora, él sentía que había pasado muy poco tiempo.

Solo ahí se dio cuenta que ya eran las once de la mañana, con unas cortas palabras, corto a Sarahí y fue en dirección a tomar un transporte público para ir a su trabajo a avisar anticipadamente su inasistencia también este día.

El pelinegro al llegar fue directo donde la oficina del jefe.

"Toc, toc, toc"

Edgar tocó la puerta con una fuerza moderada, un grito dando permiso a su paso llegó pronto.

Cuando entró, se encontró con su jefe; un hombre canoso, con facciones muy marcadas por sus arrugas, su piel era de color morena, pero sin duda lo que uno primero vería sería su barriga de cerveza que destacaba tanto en su uniforme de trabajo.

El señor se encontraba de mirando unos documentos, pero cuando entró Edgar levantó la mirada para recibir a la persona.

─Edgar. ─El jefe lo saludó. ─Cuéntame.

─Jefe. ─Edgar saludo de vuelta, se adelantó y se sentó en la silla frente al escritorio. ─Necesito faltar este día.

─¿Otro día más? ─El señor dejó los documentos que tenía en mano, entrecruzó las manos arriba de ellos. ─Edgar, tú no tienes un contrato.

─Lo sé, por eso vine presencialmente, para pedir comprensión.

El jefe lo miró, movió los labios mientras pensaba, lo apunto con la lapicera.

─Faltaste ayer también ¿Cierto? ─Al ver a Edgar asentir el hizo un sonido de aprobación. ─Me lo dijo Sam, pero no me dio tus razones.

─Ayer se me presento algo algo urgente sobre un tema familiar.

El jefe soltó un "Uhm".

─Mira Edgar, eres un hombre trabajador, es por eso que yo te dejo trabajar aquí sin contrato, pero también debes de entender que no puedes faltar todo el tiempo que quieras. ─El señor empezó a anotar algo en una pequeña agenda que tenía a un lado. ─Pero como tú tienes un buen historial de asistencia en el trabajo, te lo permitiré, sin embargo, esta semana te disminuiré tu pago. ─De un cajón, sacó un sobre con dinero, de él, sacó un poco de billetes y se lo entregó a Edgar. ─Falta es Falta.

Edgar recibió el sobre y lo miró por unos segundos.

─Hice horas extras en la semana, ¿Aún así me las va a descontar?

─Las horas extras te cubrieron un poco, pero de todas maneras serás descontado. ─El hombre empezó a mirar de nuevo los documentos como lo hizo al inició. ─Todo lo que te queda es aceptar Edgar, cierra la puerta cuando te vayas.

Edgar frunció los labios cuando escuchó las palabras de su jefe con las claras intenciones de echarlo.

Solo pudo bajar la cabeza y recibir el dinero, se levantó para largarse de un mal humor, como acostumbra a hacer, el no cerró la puerta de su jefe, solo la dejó junta. Se rió bajo cuando escuchó a los lejos una queja del jefe.

No quería ser el único fastidiado de hoy.

Cansado guardó su dinero, nuevamente fue en dirección al centro comercial para comprarles ropa a los niños.

....

─Ahm...

─¿De que talla sería en específico señor?

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2022 ⏰

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Padre de villanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora