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Matilda

Llevaba un mes en "algo" con el Bastián, aún ninguno le ponía etiqueta a lo que teníamos aunque todos creían que éramos pololos.

A veces me preguntaba que éramos realmente, no le Preguntaba al Basti por vergüenza.

En otras cosas, el Felipe se intentaba acercar a mi disimuladamente, cosa que no lograba, a lo más el profe nos ponía juntos porque según trabajaríamos bien.

Ahora mismo estaba en el electivo que compartida con el, sentada junto a él.

—Escribes bonito.—dice a mi lado.

—¿Gracias?.—respondí insegura sin mirarlo.

—Juguemos a las preguntas.—Y este que chucha.

—Estamos haciendo un trabajo.—nos faltaba poco igual y quedaba harta clase.

—Cuando terminemos po.—me intentó convencer.—Si estamos por terminar y nos quedará tiempo de sobra.—termine aceptando.

Ya habíamos terminado y el
comenzó.—¿Cuantos pololos has tenido?.

—Uno.—respondí.

—¿Solo el Darío?.—Asiento con la
cabeza.—que fome.

—¿Y tu?.

—Ninguna.—Lo mire con fastidio, decía que fome y ¡el ni siquiera a estado en una relación!

—Me dijiste que fome y tu ni en una has estado.

—Es que no me gustan las relaciones.

—Eres confuso.

—Siguiente, ¿Que eres con el Bastian?.—Y seguía metiéndolo en todo.

—Llego a sospechar que tienes atracción hacía el, en todo lo mencionas.—hable divertida.

—No habli weas.

—No se que somos la verdad.—Éramos amigos?, Definitivamente no, pololos no éramos tampoco.

—¿Casi algo?.

—Eso, creo.

—No deberías tener algo con el.

—¿Por que?.—pregunte con curiosidad.

—No te conviene.

—¿Y que sabes tú que me
conviene?.—Esta vez si respondí mas pesada.

—Solo es un consejo.

—No te lo pedí Felipe, Ni siquiera lo conoces bien a el, ni a mi y dudo que lo conozcas.

—Yo digo noma.

—¿Quien me conviene según tu entonces?.

—Yo.—me miro fijamente, sin una pizca de mentira y más de diversión al ver mi cara.

—Todos menos tú me convendrían—el timbre me salvo de ese momento y salí rápidamente de la sala.

Salí un poco atontada, que wea el Felipe, Porque decía esas weas, ni me conocía.

Salí del colegio distraídamente y me fui a mi casa, estaba cansada.

No tenía nada que hacer, Odiaba no tener nada que hacer, quedarme sin nada. me ponía a pensar demasiado y me hacía mal.

Sentía un mal presentimiento todo el día, eso me asustaba. siempre que sentía eso, pasaba algo.

Decidí ignorar eso y me puse a pintar un rato en un lienzo, puras líneas tontas hacía con los colores.

ojitos de bambi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora