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Matilda

Era lunes.

Andaba con un dolor de cabeza muy fuerte, estaba hasta media mareada del dolor.

le dije a mi mamá por wsp y me retó porque dijo que era porque no tomaba desayuno.

estaba chata.

—Amiga dile que te retire, tienes una carita.—la martina me estaba cuidando en el baño.

—No creo que pueda.

—Dile.

Le volví a escribir diciéndole que estaba mareada, se demoró en contestar.

le dije al bastian si te compraba un pansito por mientras anda a enfermería y te retiro en 30 minutos.

le pase el celu a la martina para que leyera.

—Ya anda altiro, ¿te acompaño?.—negué con la cabeza, ya había estado conmigo todo el rato.

—No amiga, ándate tranquila.—nos abrazamos y me fui lento hacía enfermería.

Mientras iba hacía allá, pensé en las semanas que e tenido con el bastian.

¡llevábamos recién un mes!

estaba muy feliz. Había tanta paz cuando los dos estábamos juntos.

me da miedo pensar en el día en el que se aburra de mi.

iba tan consumida en mis pensamientos que no me percaté de que alguien estaba atrás.

me tocaron el hombro y salté del susto.

Era el bastian.

—¿Te asuste? pensé que ya te habías dado cuenta, perdón.—me abrazo como si me fuera a morir.—¿Estás bien?.—me agarró la cara.—Tienes una cara.—me volvió a abrazar.

—Estoy bien.

—¡No mientas!, te traje el pansito que tu mami dijo, ahora vamos a enfermería.

—Ándate a clases.

—No hasta que estés allá.

—Pero te van a retar.

—Media wea, me interesas tu, no escuchar a un viejo hablar mientras pienso en mi polola.

No seguí insistiendo y me fui con el a enfermería.

—Tienes que cuidarte, después me quedo sin polola y me muero.—le pegue suavemente en el hombro y entre a enfermería.

entro detrás mío.

La enfermera retó al bastian.

—¡A tu sala!.

—Yapo tía.—hizo un puchero.—tengo que cuidar a mi señora.

—Yo la cuidó bien.

—Me necesita.

—¿Lo necesita?.—me miró la enfermera.

—Mucho.

La enfermera se río y dijo que el bastian fuera a buscar mis cosas.

—Está enamorado parece.—murmuró.

—¿Ah?.

—De usted po.

—¿Por que lo dice?.

—Por como te mira y actúa.

—Ojalá lo este.—dije bajito.

—¿Y tu lo estás de él?.—Asentí.

—Se ven muy lindos juntos.—le sonreí y ella me tomó la temperatura.

ojitos de bambi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora