Lucerys presentía que algo pasaría, no tenía la menor idea de si sería algo bueno o algo malo, y cuando su madre entró a sus aposentos ordenándole que hiciera maletas para ir a King's Landing, pensó que sería malo.
El primer encuentro con Aemond, lo dejó sin aliento. Su tío entrenaba/peleaba con Criston, el hombre que casi le quita un ojo por mandato de la reina. El largo cabello de Aemond parecía bailar en el viento mientras golpeaba con fuerza al caballero.
–Sobrinos... ¿Han venido a entrenar? –la voz aterciopelada lo golpeo como un valde de agua fría.
¿Siempre había sido así?
Después de lo ocurrido con Ser Vaemond y el anuncio del compromiso con su prima, la situación se había puesto incómoda. No le apetecía cenar después de lo que Daemon había hecho, pero a petición de su madre y por deseo de su abuelo lo hizo.
La cena fue armoniosa hasta cierto punto, vio a su madre compartir sonrisas con la reina Alicent y su abuelo disfrutó de las bromas que Jacaerys y él dijeron. Compartieron un brindis un tanto incómodo y Jace bailó con su tía Helaena hasta que los pies le dolieron.
Pero la alegría terminó cuando por culpa del alcohol y por estar pensando en el pasado, una risa se escapó de los labios de Lucerys cuando un cerdo asado fue puesto frente a su tío Aemond, llevándolos una pelea que hubiera terminado demasiado mal si Daemon no hubiera intervenido.
Fue incapaz de quedarse en sus aposentos, tenía demasiada adrenalina en su sistema, se sentía ofendido y demasiado enojado por las palabras que Aemond había dicho, era claro lo que insinuaba, le había gritado <<bastardo>> frente a todos. Caminó por toda la habitación por minutos enteros, tratando de calmarse, necesitaba salir de ahí, escaparse a algún lugar para tomar aire fresco o ir a buscar directamente a su tío para intentar acabar con el pleito de una vez por todas.
Era alguien inteligente y sabía que todas las habitaciones tenían puertas secretas que conectaban a pasillos que rodeaban las habitaciones, eran utilizadas para escapar en caso de invasiones, solamente debía encontrar la de su habitación y sería libre.
Detrás de un librero encontró su libertad, caminó a ciegas hasta que encontró la tenue iluminación de las velas, el aire fresco lo golpeo y sintió un bienestar automático. Dioses el aire se sentía tan bien.
Caminó unos metros más, avanzó con cuidado para no olvidar el camino hasta su habitación, sintiendo que la calma por fin llegaba a su cuerpo.
–Sobrino... –la voz de Aemond vino de la nada, haciéndolo sobresaltar y casi gritar por el espanto. –No deberías salir a estas horas... –Lucerys se giró para verlo, aún con la poca iluminación, el violeta de su ojo podía verse claramente, como si brillara.
–No quiero pelear tío. –dijo Lucerys.
–Mi lord Strong...
–Deja de llamarme así –Lucerys avanzó hasta donde estaba, casi escondido entre la oscuridad de los pilares, se puso frente a él, retándolo con la mirada.
–¿Cómo? –preguntó Aemond, sonriéndole a su sobrino. –Sé más específico...
–Soy un Velaryon...no un Strong.
–Eres un bastardo...
–¡Cállate! –gritó, llevando su mano en búsqueda de su daga, tomándola con fuerza apuntándolo. Aemond no hizo movimiento alguno, se quedó quieto mientras observaba detenidamente el rostro enojado de su sobrino, encontrando cómica la situación. –Soy el hijo de la Princesa Rhaenyra y mientras mi abuelo me reconozca como un Velaryon, nada de lo que digas tú o alguien más, es de importancia.

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Desire [LUCEMOND]
Fanfiction"Estoy ardiendo de deseo por ti y tú te pones de moralista a pedirme que me case con Rhaena e ignore mis sentimientos...deberías estar contento". "Lucerys..." repitió. "Vete Aemond"