02: Un Pecador confiesa, confía y encomienda:

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Él era el único al cual podía confiarle mis intenciones y planes, después de todo él había ayudado a Kreacher, y además de eso, él también tenía algo que proteger, él más que nadie lo entendería.

Una semana después de graduarme y salir de Hogwarts, partí de casa camino a La Hilandera, a Prince Manor para encontrarme con Severus Snape quien me recibió con notable confusión.

Fui sincero, no pedí ayuda, solo necesitaba que alguien lo supiera, y que cuando mi momento de morir llegara, pudiera hacerle llegar algunas cartas e investigaciones a mi hermano y a Dumbledore.Severus también me contó su propio secreto, su alianza con Dumbledore por la protección de la pelirroja impura, esa noche me quede hasta tarde hablando con Severus, me sentí acompañado en la lucha y también entendido, pero lo que era todavía más importante, estaba aliviado, si algo me pasaba, sabría que alguien le explicaría a mi hermano exactamente que me pasó.

Exactamente una semana después, ya tenía todo listo para su última aventura, las cartas y la carpeta destinada a su hermano y sus aliados estaban preparadas ya con el destinatario escrito, Kreacher tenía estrictas órdenes de no dejar que a Madame Black y Sir Black les falte nada y tengan apoyo moral externo en caso de no volver a casa. Severus estaba al tanto de todo y hasta el momento ambos seguían siendo perros fieles a Lord Voldemort.

Corría la última semana de Mayo del 79', y ese último fin de semana, Regulus se sentó en el living familiar, y compartió un Whisky añejado junto a su padre, en silencio disfrutando de la tranquila compañía del otro y aprovechando que Madame ya se había retirado a descansar.

El viernes primero de Junio, temprano en la madrugada se alistó con su traje y capa, y le exigió a Kreacher lo llevara a la ubicación de la cueva.

En un chasquido Krecher, tomado firmemente de su mano, los hizo aparecer en un paraje remoto junto al mar, con una extensa playada de piedras redondeadas por el agua salina, observó mejor y más lejos y la vio. Imponente se alzaba oscura al cielo, y formada de una roca negrísima, estalactitas de salitre se formaban apuntando filosas y amenazantes hacia la entrada de la colosal bestia de piedra.

Regulus no lo dijo en voz alta, pero se sentía pesado el hecho de sostenerle la vista a la entrada, no sabría decir si fue sugestión, miedo o que emanaba desde el interior una maldad que lo abrumaba, se sentía observado.

Echando otro vistazo general a sus alrededores reconoció estar cerca de los acantilados de Moher, en algún recoveco recóndito de la Costa Irlandesa Occidental, un lugar precioso que en su infancia había visitado junto a su tío Alphard y su hermano Sirius, ambos siendo niños, sonrió en la ironía, una lugar precioso que le avocaba épocas felices, era ahora un lugar corrupto y maldito que le generaba malestar.

Kreacher aún lo tomaba de la mano y sollozaba suavemente su nombre implorando se marcharan pronto, pero lejos de irse, Regulus tomó a paso firme el camino a la entrada, la ofrenda de sangre fue entregada y Kreacher temblando llamo a la barcaza.

El lago en el interior de la cueva era de un negro abismal, casi cósmico y en el centro estaba el islote con el pedestal que contenía aquella agonía bebible que torturó a su querido Kreacher.

Tanto él como Kreacher tenían claro que esta vez, sería él mismo quien se sometería, Kreacher tenía órdenes claras de hacerle beber hasta la última gota y así lo hizo. Cada sorbo le iba quemando las entrañas y removiéndole los huesos, en su carne experimentó todo el dolor y sufrimiento que había causado y que no había evitado, sus uñas y dientes parecían ser arrancados de su sitio y se percibía siendo despellejado vivo, imploró desmayarse ahogado en llanto y agonía pero este veneno parecía haber sido diseñado para mantener consiente a la víctima en todo momento, deseo perder la conciencia pero sus sentidos fueron doblemente agudizados volviéndolo loco de dolor. Sus gritos y lamentos Kreacher parecía sufrirlos a su lado llorando desconsolado.

La Redención de Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora