Estaba de vuelta en esa extraña habitación "prohibida" viendo el gran desastre que había, las estanterías estaban completamente rotas, los libros estaban todos esparcidos por el suelo, la pequeña lámpara de mesa se encontraba en el suelo, los cuadros que una vez estuvieron perfectamente alineados en la pared ahora se encontraban en el suelo hechos polvo. No sabía que había sucedido allí y aunque no me quería quedar para investigarlo, no podía irme había algo más allá de mis fuerzas que me mantenía en aquella fría y ahora muy oscura habitación destrozada. Una leve niebla se deslizo por la rendija de la puerta de madera, me pegue contra la fría pared y poniendo todos mis sentidos en alerta.
Dos segundos después nada sucedió, la niebla se deslizaba por el suelo vagamente hasta llegar a mis pies descalzos, sentí como un escalofrió recorría todo mi ser, respire profundo y di varios pasos hasta la puerta decidida a abrirla y acabar con aquella tontería que ciertamente empezaba a ponerme los pelos de punta, sostuve el pomo con mi mano derecha y antes de que tuviera oportunidad de siquiera parpadear escuche una voz a mis espaldas.
"Él lo sabe todo"
Susurro una voz que por un momento creí que estaba allí en la misma habitación que yo, pero no era así, me estaba hablando en mi mente, sacudí la cabeza un par de veces intentando borrar el eco de la voz y antes de que pudiera eliminarlo por completo volvió a llenar mi cabeza con esa pesada voz.
"Él lo sabe todo, ________" dijo nuevamente haciéndome sobresaltarme y colocarme una mano en el corazón para intentar mantenerlo allí dentro, gire el pomo de la puerta para salir pero la puerta no se abrió. Me gire nuevamente a punto de empezar a desesperarme cuando escuche esa voz, su calmada y melodiosa voz llenar cada rincón vacío, llenar cada lugar de mi ser, era Cameron.
"Tienes que ver algo" dijo en un susurro mientras yo veía hacia todos lados intentando ver donde estaba el, pero lo único que veía era la intensa oscuridad que había en la habitación, quería hablar y decir que no entendía nada, pero las palabras se negaban rotundamente a salir de mi garganta, sentí como mi cuerpo se tensó y mis ojos amenazaron con derramar las lágrimas que llevaba reteniendo desde que todo aquello había empezado, una serie de imágenes se reprodujo en mi cabeza como una película.
Estaba reviviendo el día en el que lo había mordido por segunda vez en toda mi vida. Nos encontrábamos Cameron y Yo en mi habitación, besándonos sin ningún tipo de control, mis manos jugaban con su cabello mientras el descansaba sus manos en mi espalda, vi el momento en el que clave mis colmillos en él, estaba tan tranquilo, no forcejo, ni hizo ningún gesto de dolor, solo se relajó aún más y se dejó ir, como que si llevara demasiado tiempo esperando por aquel momento, como que si el ya supiese que eso iba a suceder.
Abrí los ojos lentamente y los fije en el reloj que colgaba en la pared, no habían pasado ni 30 minutos desde que había decidido "descansar los ojos" y el profesor de Historia seguía leyendo aquel aburrido libro sobre el siglo XII, gire mi cabeza y pude ver a Cameron a punto de caer dormido al otro lado del aula y él no era el único en aquel estado, todos estaban en posición de descanso a punto de quedarse dormidos gracias a la entretenida y divertida lectura del profesor de historia. Solté un enorme suspiro mientras volvía mi mente a el sueño que había tenido, Y solo tenía una palabra para describirlo: Extraño.
Al salir de clases lo primero que hice fue buscar a Camille e ir a mi habitación para poder contarle todo lo que había pasado, el sueño, la actitud de Cameron, todo. No soportaba no saber que estaba sucediendo realmente allá afuera, había descartado la idea de que Cameron fuera un Vampiro, pero había algo que empezaba a hacerlo distinto, no sabía con exactitud que era, pero sabía que no tardaría mucho en descubrirlo. Quizás Cameron era solo un humano y yo estaba exagerando, quizás yo solo estaba volviéndome loca.
