Capitulo #9: Cameron, debes irte

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 Un niño de aproximadamente seis años se acerco a mi en el parque, sus ojos color miel se fijaron en los míos y sonreí mientras le hacia una seña para que tomara mi mano, mientras nos alejábamos de allí pude ver a mi madre no muy lejos sentada en una banca ojeando una revista no muy lejos de allí y también logre observar a la madre del niño, nos columpiábamos tranquilamente, sentía el viento acariciar mis cabellos y oía la risa de algunos niños que jugaban alrededor del parque, el niño de ojos claros quería demostrar que tan alto podía llegar, y segundos después lo vi caer del columpio, cuando logre detener el mío y arrodillarme junto a el pude ver como las lagrimas se deslizaban por sus mejillas, se había lastimado las manitos y de estas ahora salía algo de sangre, debí haber corrido y llamar a su madre pero no lo hice, me quede allí junto a el observando la sangre que estaba en sus manos, me acerque a su mano izquierda y presione mis labios contra esta y luego todo se volvió negro.

Escuche a mi mente pidiéndome reaccionar, abrí los ojos perpleja, Cameron yo seguíamos besándonos prácticamente como que si no hubiera un mañana, por mas que una gran parte de mi suplicaba que no hiciera nada, la pequeña voz en mi cabeza que decía que me alejara había ganado, puse mis manos en el pecho de Cameron, obligándolo a separarse lo suficiente como para que yo no cometiera una maldita locura, el me miro sin decir nada por unos segundos podía ver el signo de interrogación que había en su mirada pero aun así no podía decir nada, tenia demasiadas cosas en mi cabeza como para comentarle algo, me puse de pie sin quitarle la mirada de encima y respire profundo.

- Te veo después Cameron. –dije mientras pasaba mi mano nerviosamente por mis cabellos y salía a toda prisa de allí-

Baje corriendo las escaleras, reclamándome por haberlo dejado así y por haberle seguido aquello sabiendo que no podía sacar nada bueno de eso, sentí como las lagrimas nublaban mi vista, cuando por fin llegue a mi habitación le pase cerrojo a la puerta y me deje caer en la cama tapando mi rostro con la almohada, ahora todo encajaba a la perfección, Yo había conocido a Cameron hace mucho y al haber probado su sangre se había creado un vinculo fuerte e irrompible entre ambos, por eso siempre sentía la necesidad de mantenerlo a salvo, de estar cerca de el y todo eso, por eso sentía que lo conocía casi perfectamente, por eso desde el primer momento en el que vi sus ojos color miel los reconocí instantáneamente. No podía creer aun, que a pesar de que mantuviera la distancia entre ambos e intentara controlarme, yo ya lo había mordido, he incluso a pesar de que había sido hace mucho tiempo atrás yo aun podía sentir el sabor de su sangre en mis labios, me estremecí y sentí las lagrimas bajar por mis mejillas, no quería ser una chupasangre, quería ser normal, quería ser una simple humana que no necesite beber sangre para sentirse bien, y por mas que llorara o suplicara ser normal sabia que eso no pasaría jamás, yo jamás lograría ser normal.

Me sentía enojada, confundida y triste, mis padres jamás habían mencionado el pequeño detalle de que yo había probado sangre fresca estando tan pequeña, no había sido demasiada porque Cameron seguía vivo y yo aun no era una vampira completa, pero el solo haber probado sangre fresca me hacia tener cualidades que nadie a mi edad tenia, así como también creaba esa profunda conexión entre Cameron y yo, con solo besarlo había podido ir al pasado en menos de un segundo y ver como habían sido las cosas realmente, ya no sentía las respuestas en mi garganta, porque Cameron sin querer me las había mostrado, retire las lagrimas de mis mejillas y entre al baño dispuesta a darme una larga ducha.

A la mañana siguiente me había despertado mas frustrada que antes, me ardía terriblemente la garganta por la falta de sangre, no sabia cuanto mas soportaría esa situación, teniendo en mente que aun quedaban tres días para el fin de semana, tenia que poner todo de mi para mantener la distancia con los humanos, sentía mi cuerpo débil y tenia un pequeño dolor de cabeza, si ese era el comienzo del día no quería ver el resto, Emma estaba organizando algunas cosas en su armario, cuando me dedico una mirada seria y hablo.

El secreto de la oscuridad - Adaptada - Cameron DallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora