13. Suplente

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Hoy Selene tenia la necesidad de ser honesta. Lo es a menudo, pero a veces se abstiene ya que podria meterse en problemas.

"Su alteza, ya le he dicho lo mucho que lo admiro? No solo por su cegadora belleza sino tambien por su generosidad, que siempre piensa en nuestro reino que muchas veces no le da tiempo de dormir bien. Quien podria ser mejor como nuestro principe heredero que usted, obviamente nadie."

Del otro lado del asiento unos ojos azules la miraban con sospecha a travez de unos lentes de montura dorada, le daban un aire intelectual. La luz del sol se filtraba a travez la ventana dividido en pequeños rayos que caian en su cabello haciendo que se vea dorado era algo digno de presenciar.

Ah. En serio. Como es posible que no tenga una camara en estos momentos.

"¿Cuanto azucar comiste hoy Selene?"

Su voz ligeramente disgustada tambien es buena de escuchar.

Sin embargo, su hermoso rostro no se ve tan brillante estos dias debido al trabajo, fue un poco doloroso verlo asi.

"Solo es la sinceridad de mi corazon, no entiendo como pueden haber personas tan estrechas de mente como para decir lo contrario. Simplemente estan locos."

Al estar en el palacio no pudo evitar escuchar a un par de nobles que no conocian su lugar, queria arreglar sus caras para que no sean tan feas como su alma pero tenia cosas mas importantes que hacer.

Alberu negó con la cabeza con una sonrisa resignada y observo los documentos.

"¿Esto es...?"

"Uhm. Los funerales para los fallecidos se llevaran a cabo de dos dias en Frehz, y los nobles intentaron escapar de la celda pero fue inutil, y el principe Valentino hizo la declaracion oficial de no agredir al Imperio en un buen tiempo."-menciono lo ultimo arrastrando las palabras, recordó algo molesto. Luego continuo con lo que queria decir.-"Su majestad, disculpe mi atrevimiento pero puedo pedir un favor? Es uno pequeñito"

Alberu dudo unos segundos pero al final aceptó escucharla.

"De que se trata?"

Ella se acercó un poco para susurrar su peticion.

"Mmm...lo permitiré, pero a cambio deberas hacer algo por mi"

...

Sus manos tenian una comezón desconocida, se sentia tentada a hacer esto y aquello ahora que tenia la apariencia del principe heredero pero luchaba por no dejarse llevar.

"Su majestad"

En cuanto escucho que llamaban tosio un par de veces y elimino los pensamientos turbios en su cabeza.

"Adelante"

Selene organizo los informes y fue a un par de reuniones, habia observado a Alberu bien desde hace un tiempo asi que no tuvo tantos problemas para adaptarse a suplantarlo.

Aunque era Selene la que estaba sentada en el asiento de Alberu a los ojos de los demas era el resplandeciente principe heredero el que decia esas palabras.

Luego de hacer lo que tenia que hacer volvió a la habitacion y se recosto en el espaldar de la elegante silla hasta que sintió una presencia afuera.

"Ah la luz de la luna se ve realmente bella sobre usted, bienvenido su majestad"

Era Alberu que entraba por la ventana con su cuarto de elfo oscuro al descubierto.

El suspiró al oir la miel fluir de sus labios como de costumbre, Selene era la mas joven de todos los elfos oscuros que trabajaban para él en el palacio. Le impresiono un poco su capacidad de adaptacion en cada mision que se le encomendo pero no se explicaba la devocion apasionada hacia el. No era malo pero por un momento lamento haberse burlado una vez del joven maestro Henituse con una iglesia a su nombre. Cloppeh Sekka vino a su mente y se superpuso con Selene, lo que hizo que le viniera un escalofrios, asi que decidio que lo mejor era dejar de pensar y concentrarse en los documentos que tenia que atender.

Con un asentimiento ella se dirigio a la figura identica a el.

"Gracias por tu arduo trabajo, ya puedes cambiar"

Con un chasquido de dedos sus cabellos dorados cambiaron por mechones oscuros que caian suavemente sobre sus hombros y sus ojos azules por unos violaceos.

"Oh cierto"

Selene dejo caer su puño contra su palma.

"Tiene una reunion mañana por la mañana, el asunto y la hora estan escritos alli. Si ya no me necesita me retiro."

"Esta bien"

Dicho eso se esfumo como una sombra.

Lo que no imagino Alberu es que un rumor de que el principe heredero era un fanatico secreto de novelas de un genero inesperado se esparciria por el palacio.

"Su majestad"

"¿Sabe donde se encuentra la Srta. Selene?"

"No estara por un tiempo, por que?"

El Joven Escudo De Alas PlateadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora