Amber
Necesito saber la verdad, necesito aclarar todas estas dudas que llevo dentro de mi y que no me dejan dormir.
Llego hasta el parque que me ha dicho Hector. Mira cada árbol y cada hoja porque quizás sean espectadores de mi funeral con Hector.
¿Y si paso dentro de unos años y recuerdo las palabras de esta tarde de Otoño? Creo que tal vez no volvere a pasar nunca más por este sitio salvo fuerza mayor.
Llega Hector a lo lejos, cada paso que da es mucho más lento del anterior. Es increíble que hace unas semanas estaba loca por sus huesos y ahora no sepa ni quién es.
—Hola nena —dice como si la historia o el viento no fuera con él.
—Hola… —cuestan sacar las letras y completar cualquier frases en estos momentos.
—¿Te pasa algo? —me pregunta tan inocentemente a la vez que levanta una ceja.
—A mi no, has sido tú el que me ha dicho que teníamos que quedar para hablar —maldigo para mis adentros mientras me muerdo una lengua.
—Ah sí pero porque me han invitado a una fiesta y quería preguntarte si querías venir conmigo.
Ni rastro de lo que me ha dicho Son, quizás es que yo llevo razón y es un auténtico lunático que lo único que ha querido es dinamitar nuestra relación desde el principio.
—Claro que si, me encantaria —cambio completamente el rictus del rostro.
Dos horas más tarde
Se me echa el tiempo encima, no entiendo como teniendo toda la tarde libre vaya tan apurada de tiempo. Quizás sea porque he tenido que salir a correr porque llevo unas semanas sin apenas hacer deporte y al final voy a perder fondo. Tal vez sea para olvidarme de esas palabras de Son queriendo separarnos.
También en parte es para olvidar un poco el episodio con Hector aunque voy el ojo abierto atenta a cualquier cosa.
Termino de pintarme la raya en el ojo con el delineador y me pongo mi pantalón vaquero blanco que va a juego con una blusa beis. Esta vez no me recojo el pelo, tan solo me lo he alisado un poco aunque no lo llevo tan largo para eso, más bien lo llevo medio corto.
Hector me ha dicho que viene a recogerme aunque no quiero tener que ponerme el casco porque se me va a aplastar el pelo pero voy hacer una excepción por esta vez. También le he dicho que me recoja en la calle de detrás porque no quiero un tercer grado en cuanto ponga medio pie en casa aunque… ¿A quién voy a engañar? Mi madre me lo va hacer igual aunque no me vea con nadie porque nunca me arreglo tanto para salir a la calle. Siempre está acostumbrada a verme con chándal o mallas y el pelo recogido. Pocas veces mi madre me ha visto pintada como una puerta y con una sonrisa nerviosa.
Bajo hasta el piso de abajo pero está acostada sobre la cama y durmiendo. Es mi oportunidad para salir sin ninguna pregunta de más.
Salgo a la calle, Hector me está esperando en la puerta y sorprendentemente sin moto. Va demasiado arreglado y demasiado guapo. Lleva una camiseta, una chaqueta vaquera y unos pantalones chinos de color beigs, parece que lo hemos hecho a proposito pero su pantalon va a juego con mi blusa.
Definitivamente somos la pareja del año y no porque lo diga yo sino porque se ve desde lejos.
—¿Dónde es la fiesta?
Con todo lo que ha pasado he pasado por alto ese detalle.
—Es una amiga de Sophia, yo no la conozco pero una fiesta es una fiesta —dice guiñandome el ojo y llamando al telefonillo.
Llegamos hasta arriba, la puerta está abierta y está llena de gente.
Un amigo de Hector viene rápidamente nada más vernos.
—Venir, vamos a tomarnos algo —dice señalando la mesa llena de bebida y de refrescos.
Yo me cojo un refresco sin cafeína y Hector coge un poco de ron con coca cola.
—¿Te gusta eso? —digo poniendo cara de asco porque nunca lo he probado pero tampoco tengo ganas de hacerlo.
—Cuando lo pruebas no puedes dejar de hacerlo.
Me resigno y abro mi lata que está bastante fría.
Cuando llevo dos sorbos me dan unas ganas enormes de orinar. Me separo un segundo del grupo que no me está haciendo ningún caso para ir a mear. La verdad es que todo el mundo está dejandome de lado hasta Hector pero supongo que será normal cuando uno está con sus amigos.
Salgo del baño que había una cola de cuatro personas y he tardado más en ir aquí que si me hubiese ido a mi casa y hubiese vuelto pero puestos ya en la cola no me ha quedado más remedio que esperar.
Llego hasta el grupo, están hablando todos entre ellos pero Hector no está.
—¿Sabéis dónde está Hector? —pregunto alzando la voz.
Todos comienzan a reírse, no entiendo nada.
Definitivamente esto se está poniendo bastante feo.
—Creo que están fuera en el rellano.
—¿Como que están? —pregunto extrañada y poniendo los brazos en jarra.
—Nada, me he equivocado —responde mientras intenta aguantar la risa.
—Está fuera en el rellano —se explica señalando la puerta.
Como si yo no supiera dónde está el rellano.
Decido pasar de ellos e ir a buscar a mi chico que seguro que está esperándome con los brazos abiertos.
Trato de soltear tanta gente como puedo, en pocos minutos esto se ha llenado hasta arriba.
Al fin estoy en la puerta, pero en apenas décimas de segundos como si me encontrara un muro gigantesco en el camino de mi vida y mi corazón se detuviese por completo todo cambia para mí cuando termino de abrir la puerta.
No doy crédito a lo que veo, tan solo trato de reaccionar y mover algún ápice de mi cuerpo.
Hector, la persona que había amado con locura y había defendido hasta la muerte me ha traición con la mentira más fuerte que una persona le puede hacer a la persona que le quiere.
Sus labios están juntos a los de Sophia. mierda, Sophia.
Es como una bola de fuego que te destruye por dentro, como mil agujas clavadas dentro del corazón. Es una sensación que cuesta de describir, me falta el aire y el nudo de la garganta no cesa de crecer.
¿Cómo te pueden aplastar, hacer una bola de papel y tirarte a la basura así como si nada?. Como si fuera un simple trozo de plástico. Me ha demostrado lo miserable que puede llegar a ser humano y de que no hay que fiarse de ningún hombre. Creo que puedo tardar bastante tiempo en olvidarme de todo esto aunque dudo que lo haga. Tampoco sé si voy a poder superarlo. Como puede ser que lo des todo por una persona y esta haga de ti el día menos pensado, el peor día de tu vida. Lo necesito, desde hace tiempo estoy enamorada de él, siempre he ido detrás suya y he hecho lo imposible. Y ahora me doy cuenta de que me ha utilizado para su beneficio. No puedo evitar que me caigan algunas lágrimas por mi rostro.
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Todas mis razones para quererte[©]
RomanceTodo empieza cuando Amber Taylor y Son Best coinciden en una misma lista, lo que no saben los protagonistas es que los polos opuestos a veces se atraen. Tal vez sea porque compartir un libro en clase no es tan malo como estas dos personas creen. Qui...