Amber
Voy realizando mi ejercicio de entrenamiento diario. Tengo que volver a coger el ritmo de nuevo. Llevo varios días dejándolo por unas cosas y por otras.
Unos minutos más tarde
Término de ducharme y me cambio de ropa. Voy a ir a la peluquería, necesito cambiar un poco el look para las fotos familiares navideñas. Para mi familia es sagrado y no hay un año en el que no se haya cambiado.
Para mi suerte la peluquería no está muy lejos de mi casa, cosa que se agradece porque estoy algo cansada después de ir a correr.
Llego a la puerta, tan solo hay una persona dentro que le están limpiando el pelo.
Me siento en el sofá de la sala de espera que es bastante cómodo.
De repente todos mis males me recorren la espalda cuando veo que Ana entra por la puerta y se me queda mirando.
—Hola. ¿Podemos hablar? —me pregunta con cara de inocente pero no me fio ni un pelo de ella.
—Está bien…
Después de estar unos segundos con una pausa incómoda decido decirle que sí porque quiero saber lo que me tiene que decir. No sé a que viene ahora aparecer de la nada y más que me tenga que decir a mi algo pero quizás pueda que me abra los ojos de algo de Son que no he podido ver.
—Samantha voy fuera un segundo, ahora regreso —le confieso a la peluquera que sigue con la mujer hablando y terminando las mechas que lleva un rato haciendo.
—Vamos a tomar algo yo te invito —añade Ana que señala una cafetería que hay a escasos metros de nuestra posición.
—No quiero limosna de nadie, ¿que quieres? —creo que este rollito de amigas forever lo voy a cortar yo rápido.
—Quiero hablarte de Son. No es como crees que es. No es oro todo lo que reluce —se queda unos segundos en pausa y yo no se muy bien que decir.
Me quedo boquiabierta.
—¿Tu quieres saber algo? —le pregunto desafiandola.
—Dime —contesta al momento.
Me tomó unos segundos para responder.
—No me creo nada de lo que me dices, has venido para jodernos y no voy a caer en tus juegos —prosigo.
Dejo que ella haga el siguiente movimiento.
—Yo no te diría esto si no lo conociera ehhh… —se queda dudando un segundo, mientras chasquea los dedos.
—Amber, me llamo Amber… —no quería decir mi nombre pero tampoco pretendo ser tan maleducada.
—Amber cree lo que te digo.
—¿Y como es si se puede saber?
—Son no es fiel. Me puso los cuernos varias veces, me enteré meses después. Te promete la vida perfecta pero luego te apuñala por la espalda. Eso hizo conmigo.
—No te creo.
—¿Sabes cual es el número favorito de Son?
Entonces en ese momento recuerdo el número que dibujaba en la arena aquella noche en la montaña. También era el mismo número que me puse yo porque creía que era especial para él.
—Claro que lo sé… —me temo lo peor. No se si puedo llegar a estar preparada para una respuesta.
—Esa fecha es cuando empezamos a salir nosotros el año pasado. No lo ha olvidado… bueno no me ha olvidado en todo este tiempo.
Me quedó completamente petrificada. No me sale palabra alguna.
—¿Por…. por qué me dices todo esto? —le pregunto tartamudeando y con un hilillo de voz.
—Porque no quiero que caigas en sus mentiras y falsa realidad. Dejalo, Son solo te hará daño.
—¿Debo de saber algo más? —no se si realmente quiero saber mas o si estoy preparada pero si hay un momento en el que me tienen que rematar es este que tengo el corazón en un puño listo para ser clavado con miles de cuchillos distintos. Al menos así no soportaré tanto daño.
—Son no es buena persona, cuando te tenga atrapada te utilizara como un trapo, como ha hecho con todas nosotras.
Espera. ¿Ha dicho todas nosotras?¿hay más?¿como no me he dado cuenta en todo este tiempo?
—¿Cuantas más? —no puedo seguir y bajo instantáneamente la mirada.
—Eso da igual, Amber me tienes que creer lo que te digo. Por favor aléjate de él antes de que te haga daño —mientras me dice eso mira a su alrededor—. Bueno, yo me tengo que ir, nos veremos pronto.
Cuando vuelvo a mirar hacia arriba Ana ya no está en mi campo de visión. Ha desaparecido completamente.
No se si creerla o no pero creo que es lo que tengo que hacer ahora. Debo de ir hablar con Son y ver si es verdad. Él tiene que ser sincero conmigo. Se que lo va a hacer.
Decido mandarle un mensaje para quedar con él en media hora.
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Todas mis razones para quererte[©]
RomansaTodo empieza cuando Amber Taylor y Son Best coinciden en una misma lista, lo que no saben los protagonistas es que los polos opuestos a veces se atraen. Tal vez sea porque compartir un libro en clase no es tan malo como estas dos personas creen. Qui...