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Caminó con su madre y hermana varias cuadras hasta llegar a la casa color amarillo crema. Se veía cálida con sus jardines de flores, y desde esa distancia se podía escuchar el murmullo de la familia y sus invitados. Parecía realmente un hogar.

Sabía que los Kang habían llegado al vecindario hacía diez años, los primeros fueron los tíos y padre de Taehyun en busca de un nuevo horizonte. Como el objetivo se había cumplido y todo parecía ir de matavilla, con el paso de los años el resto de la familia abandonó su país natal para instalarse a la hermosa casa que tenía en frente.

Su madre, emocionada y elegante, le dio unos pequeños golpesitos a la puerta y en menos de cinco segundos una alegre mujer de cabello corto la recibió con un abrazo.

La mujer, que parecía haberle heredado completamente su imagen a su hijo, observó la organeta que Kai llevaba en su mano, emocionandose.

—Es un pequeño detalle, Jiyu , sabes lo importante que es la música para nosotros, así que Kai se preparó con cuidado para este día.

—Se los agradezco mucho, siempre quise escuchar cómo toca su pequeño Kai, debe ser tan talentoso como su padre

Hueningkai sonrió por sus palabras sinceras y todos pasaron a la cálida casa con un poco de verguenza, excepto la más pequeña de la familia que directamente le ofreció una canasta con regalos a la hija mayor de los Kang, quien cargaba en sus brazos una pequeña y muy decorada bebé, motivo de la celebración.

—Muchas gracias Hiyyih —la pelinegra la abrazó y seguido, saludó a su madre y a Kai.

Kai tuvo un pequeño ataque de ternura cuando la pequeña niña, ahora llamaba Lia tomaba con sus manitos el papel globo de la canasta.  El castaño se agachó y comenzó a jugar con sus pequeñas manitos, haciendola reir cuando le mostro un pequeña campanita que había llevado.

—¡Le agradas! —dijo la pelinegra —¿Te gustaría cargarla?

El chico se sorprendió pero inmediatamente asintió, escuchando a su madre la forma correcta para hacerlo.

La levantó en sus brazos con cuidado, sintiendo tanta fragilidad y miedo de lastimarla, pero la bebé, después de abrir sus ojitos con miedo, se tranquilizó y seguió jugando con Kai, quién le hablaba de esa forma mimosa.

Cuando pensó que fue suficiente, le devolvió la bebé a su madre y continuaron saludando al resto de la familia.

De la cocina salía ese chico delgado y trigueño que lo observó una vez mas en esa semana de forma neutra, y en esta ocasión no dijo nada, solo siguió con lo suyo.

Recordaba la primera vez que había visto a Kang Taehyun: Una tarde de ardiente verano donde su madre llevó una canasta de regalo como el actual día, con intensión de darle la bienvenida.

Taehyun tenía puesto solo un pantalón corto, estaba descalzo y repetía a su hermana en queja "Siento que me derrito". Kai rió por la poca tolerancia al calor que poseía el niño, y su madre le insistió en que jugara con él.
El castañito pareció emocionado, pero una vez que Kai habló ahuyentó sus ganas de jugar. No entendía una sola palabra de lo que decía, así que se limitó a buscar el brazo de su hermana para esconderse.

El invitado parpadeó un par de veces hasta entender cuál fue su error al acercarse, y pensó un momento antes de volver a empezar.

—Taehyun —pronunció su nombre para que se acercara —¿Jugamos a los bomberos? ¡Traje mi carro de bomberos!

El niño sonrió y miró su hermana con tanta emoción en sus ojos. La chica le dijo que estaba bien, que jugara y lo acompañó nuevamente hasta Kai, quién tenía unos pequeños carritos en su mochila.

Tal vez se mintió durante mucho tiempo y sus recuerdos se habían hecho tan difusos para olvidarlo, pero más de una tarde calurosa acompañó a Taehyun, ayudaban a sembrar las flores del patio y luego de regarlas jugaban con la manguera.

Otras veces comieron helado en la esquina de la casa de Kai, se sentaban en la acera y compartían los sabores.

Habían recuerdos de ellos corriendo en las escaleras, jugando con las muñecas de Hiyyih y saltando en la cama de funda de superheroes de Taehyun.

Pero el momento en que se separaron fue tan sutil como un fantasma.

Estaban en escuelas distintas. Hueningkai se había interesado aun mas por la música y su tiempo libre lo dedicaba a ello. Por otra parte, Taehyun parecía ir mas seguido a la casa de los Choi, jugando con Beomgyu y su primo Soobin.

Y así, progresivamente, cortaron conexión, siendo las reuniones entre familias las únicas veces que se veían.

Había cierta tensión entre ellos dos, que ni siquiera desapareció cuando todos fueron invitados a cenar.

No quería mirarlo, pero era imposible, era tan consciente de su presencia que todo movimiento que hacía era estrictamente monitoreado por su cerebro.

Lo último que quería era hacer algo mal en frente de Kang, no quería escuchar su voz corrigiéndolo, ni volver a chocar con esa mirada peculiar.

O eso pensaba...

¿Cómo se vería Kai a través de sus ojos?

Luego de la cena, las personas compatieron sus agradecimientos y felicitaciones con la familia Kang, invitaron entonces a ver la interpretación de Kai en medio de la sala.

Sintió las manos frías al estar enfrente de todos, aunque en realidad no eran muchas personas, y tocó finalmente las piezas que había preparado, en la última cantando suavemente.

Eran canciones muy populares en su país natal, por lo que muchos sonrieron y tararearon la canción, sintiéndose como en casa.

Y se preguntaba a veces qué se sentiría estar allá.

Había un conflicto que siempre se avivaba en las noches. No se sentía perteneciente de ningún lugar, país o región. Era hijo de un padre Europeo, de una madre coreana y él y su hermana habían nacido en estados unidos.

¿Qué era eso?

Él nunca había visitado aquel país del que tantos recuerdos su madre conversaba, y mucho menos europa, que en realidad nunca se sintió conectado con ella.

En aquel vecindario, donde todos parecían formar un pequeño mundo, se sentía seguro, pero a la vez alejado.

Kang observó como Hueningkai tocaba detenidamente con la mirada perdida, era una dulce canción de cuna que alguna vez había escuchado a su madre cantarle de pequeño. Su madre y hermana dejaron caer algunas lágrimas, recordando los ahora tan lejandos años en que esa canción hacía parte de todas sus noches.

Pero en sus recuerdos aquella canción de cuna sonaba a algo más, la voz de su madre mezclada con la de Kai.

Todos aplaudieron con suavidad para no perturbar a la bebé que yacía dormida en el pecho de su abuela, y agradecieron con un fuerte apretón de manos al joven.

Kai levantó la mirada, rastreando brevemente las personas que lo felicitaban, y se le hizo extraño no visualizar su contemporaneo compañero de clase.

Encajar lI TyunningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora