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Desde ese pequeño acontecimiento pasó una semana. Kai quería que la tierra lo tragara, pero el semblante de Taehyun  no había cambiado ni una pizca. Le tranquilizaba eso, pensar que él realmente no había leído  la carta, pero a la vez se sentía triste de que sus sentimientos no fueran escuchados.

Que fragil era.

Ese día no tuvo que tomar el bus para volver a casa. Los dias lluviosos habían pasado y venía el infernal sol a tomar su lugar.

A Taehyun le gustaría entonces sentarse bajo los rayos cálidos de la mañana y sentir el sol dorar su piel con parsimonia.

Kai pedaleó esa tarde hasta su casa. Estaba rendido y quería que la semana de vacaciones llegara pronto. Pero justo en ese momento debía preocuparse por el temible examen de sociales que se acercaba.

Estuvo estudiando toda la tarde y otra parte de ella distrayéndose con videos de conciertos de su banda favorita, imaginandose estar en frente del escenario y siendo invitado a pasar.

Era su sueño y se sentía tan real en ese momento.

Y de no ser por la estruendosa voz de su madre no habría dejado de ponerle atención al video, pero hizo caso y se levantó de su silla para abrir la puerta de su habitación, sobresaltándose cuando la persona que menos esperaba estuvo en frente suyo.

—Taehyun ¿Q-qué haces aquí?

—Hola, Kai ¿Puedo pasar? —el mas alto asintió y dejó que el chico se adentrara mientras calmaba su desconcierto.

Taehyun observó con curiosidad todo su cuarto, emocionandose por lo abarrotado que estaba de posters y fotos, al igual que su biblioteca, que poseía libros que también había leído.

—Taehyun... siéntate si quieres —hizo caso y se sentó en la cama, Kai imitando su acción segundos después.

—Kai, Leí tu carta.

—¡¿Carta?! ¿Leiste la carta? —su corazón aumentó a mil —¿Qué carta? ¡Puff! no sé de qué me hablas.

—No finjas demencia, eres la única persona que escribe en hangul...

—Pudo ser cualquier persona que buscara un traductor en internet.

— Claro que eres tú, Kai, no soy tan ciego para no darme cuenta... y tampoco tan malo como para no darte una respuesta.

Hueningkai podía sentir su corazón latir tan vivamente en la garganta y en cada una de las arterias de su cuerpo. El castaño al parecer también se sentía así, pues sus orejas permanecían rojas y sus manos temblorosas.

—Kai, acepto tus disculpas, entiendo que te hayas portado de esa forma por diferentes razones, aun somos tan jóvenes y es un proceso aprender a sobrellevar tantas situaciones... —dijo la primer parte con rapidez, tomando el aire que la faltaba para continuar —En cuanto- en cuanto a lo otro... yo... K-kai, es que también me gustas.

El de tez blanca dejó que una pequeña sonrisa decorara su rostro y tuvo la necesidad de pellizcarse a sí mismo cuando lo escuchó.

—Siempre he pensado que tu cabello es muy suave... y que hueles  muy bien. También tu rostro es tan bonito que te hace resaltar entre todas las personas que hay a tu alrededor, es como si tuvieras un aura... no sé, una calidez que te rodea. Esa vez que visitaste mi casa lo pude confirmar, pero se me hizo raro que me trataras con indiferencia... por eso último es que he pensado mucho esta semana, porque a pesar de que me gustas, no podría estar con alguien que me trate de formas que no merezco.

—Taehyun, de verdad lament-

—Lo sé, y acepto tus disculpas. No sería bueno si reprimo lo que siento, y después de haberte disculpado esa vez en el bus no has hecho más que arrepentirte y respetar la decisión que tomé en ese momento. —levantó levemente su rostro para conectar miradas con el castaño y suspiró pasito antes de seguir  —punto es que... si estás dispuesto y completamente seguro podríamos conocernos más, Kai, tal vez con la intención de salir... no lo sé, nunca he salido en serio con alguien, pero si se trata de ti sí quisiera intentarlo.

Kai sintió su corazoncito brincar y le fue imposible no acercar sus manos a las de Taehyun, siendo esta la primera vez en tantos años que tocaba directamente su piel. Eran suaves, cálidas, un poco más pequeñas que las suyas y fue suficiente para sentirse tranquilo y asentir a lo que él decía.

—Creí que con la carta dejarías de gustarme, pero si te soy sincero causó el efecto contrario. Llevabas mucho tiempo rondando en mi cabeza, Tyun, pero lo estaba escondiendo de formas erróneas. Sería bueno si nos conocemos...

Taehyun dejó escapar una risita y sus ojos también sonrieron. Era tan bonito así de cerca, que le daban ganas de acunar su rostro aunque no fuera adecuado.

Como si le hubiese leído la mente, Taehyun acunó el rostro de Kai y sin pedir permiso le dio un beso en los labios, uno suave, calmado y cálido, que le hizo adorar el casi imperceptible sabor de su saliva.

Encajar lI TyunningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora