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Las mañanas solían ser demasiado frías y lluviosas.

Kai esperó un lunes en la mañana el bus que pasaba a unas cuadras de su casa. Tenía un paraguas amarillo sobre su cabeza, ya que el techo de la parada estaba muy deteriorado y el agua pasaba por los agujeros sin contról.

Su impermeable combinaba con la sombrilla y sus botas, por lo que consideraba que se veía como patito, cosa que le hacía sentir ridículo. Debía llegar y cambiarse inmediatamente.

Pensó demás cosas estúpidas sobre su impermeable hasta que escuchó pasos apresurador cerca de sí pero no quiso apartar la mirada de su celular.

Hola.

Kai parpadeo, creyendo que había sido alguna voz en sus audífonos, pero se quivocó cuando la palabra de repitió una vez más.

—¿Sería muy molesto si espero el bus a tu lado?

Kai aguantó la respiración y pensó en negarselo o ignorarlo, pero la lluvia era cada vez mas fuerte y no iba a dejar que el pobre chico sin paraguas se quedara a su lado mojándose aun mas.

Solo hizo el gesto de acercar mas el paraguas hacia él que por suerte era amplio, y miró de reojo identificando su impermeable y botas azul cielo que goteaban

Definitivamente el azul no era su color.

Para su mala suerte, pasaron otros cinco minutos sin que llegara el bus, y estaba cuestionándose si volver a casa o caminar cuarenta minutos hasta la escuela. Pero si lo hacía ¿ese chico no iba a mojarse?

A ti que te importa, Kai, es su problema por no traer paraguas.

Oye... —continuó hablando en su idioma sin mirarlo a los ojos —El día que fuiste a mi casa tocaste muy bonito... había escuchado a mamá mencionar que tocabas el piano, pero no creí que lo hicieras tan bien.

Kai observó su propias botas y asintió, reteniendo las palabras que ni siquiera se atrevía a decir y quiso observar una vez mas el rostro de Kang, de no ser porque cuando lo hizo, chocaron miradas inmediatamente.

—Lo siento —dijo Kai por haberlo mirado a los ojos.

Kai.

—Hueningkai —corrigió.

—¿Por qué eres así conmigo? —preguntó  —Por qué parece que todo el día me odias ¿no se supone que nos conocemos desde siempre?

—Yo nunca he sido amigo tuyo, Kang, solo nuestra familias se llevan bien.

—Pero todo parece tan reciente, lo que dijiste el otro día...

—Lo dije porque solo te has dedicado a molestarme, al final del día todo los de la clase terminaron odiándome a mí ¿ese era tu plan?

—No...

—Pero lo hiciste —dijo con decisión —Siempre resaltas y pareces con más autoridad que cualquier otra persona, es extraño, no te entiendo ¿en que momento parece que resaltas?

—No fue mi intención, yo nunca le haría eso a nadie y menos a ti...

—¿Por qué menos a mí? ¿Acaso soy más especial que todas esas chicas que están detrás de ti? ¿Que esos amigos que tienes? Ellos... que son tan extravagantes.

—¿Chicas? ¿eh?

—Le gustas a todas esas chicas que te siguen... no finjas demencia.

—¿Acaso estás celoso?

—¿Celoso? Todas ellas también son tan ridículas, siguiendo a un chico solo porque se les hace atractivo...

—No hablo de eso, me refiero a si estás celoso de ellas...

Kai abrió su boca y ojos sin poder formular una sola vocal.

Estoy celoso de ellas...?

—¡¿Que?! ¿Crees que soy gay? Que asco...

Kang se heló y decidió mejor quedarse callado, esta vez deseando que el bus pasara y de una vez eso se acabara, pero pasó otro minuto más y no fue así.

Dio dos pasos hacia un lado, volviendo a dejar que la lluvia cayera mojando su cabello, y esta acción hizo que a Kai le llamara la atención.

—Oye ¿estás bien? —se acercó esos dos pasos que retrocedió Kang y volvió a cubrirlo con el paraguas.

—Kai, yo si lo soy...

—¿Qué cosa?

— A mí no me gustan las chicas... —Kai quedó perplejo, sintiendo ahora la necesidad de que la tierra se lo tragara. Lo ignoraría y pensaría que era mentira, pero él tenía esa expresión en el rostro terriblemente incómoda. —No se lo había dicho a nadie ¿sabes?

—Taehyun, lo siento, no fue mi intención decirlo de esa forma, es que... Lo siento —Se apresuró en decir, pensando que no había siquiera necesidad de explicar lo que sucedió por su mente, cuando ya la había cagado.

El castaño movió sutilmente su cabeza de arriba a abajo, sintiendo también demasiada vergüenza y ganas de huir. Por suerte, el bus llegó y se subió con rapidez a los asientos de fondo. Kai por su parte se hizo más adelante y se sintió estúpido por primera vez en mucho tiempo por las cosas que decía y hacía.

Encajar lI TyunningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora