Elle, le mesie: voluntad y soledad

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Buenos días. Mi nombre es Primavere, soy le hermane de Otoño, madre de Pericia y compañía. Estas son mis revelaciones divinas de Dios. Una vez he ascendido a la casa del padre, aprendí a manifestarme gracias al poder de los últimos custodios de Cristo, les Jesuses, dos persones no binaries que siguen el sacro ritual de la lucha de sables. Estoy cansade de ver a mi sobrina Pericia fracasar en su misión. Es hora de que yo, sentade a la izquierda de Dios, intervenga y rompa este maldito bucle celestial.

Practico la oración de luz y trato de sincronizarme con mis niñes, Jesús Pelón y Jesús Ambrosía. Me aparezco en un dormitorio un poco desordenado, con un aspecto algo bochornoso, parecido a esas habitaciones de picaderos de carretera como los moteles Venus o el Zouk donde La Reina del Brillo y Ramón cometen pecado carnal en la piscina.

-Holi mis niñes, dejad la lucha de sables y hacedme caso.- Dije a les Jesuses que estaban afilando sus sables con lujuria sodomita.

¡Primavere! Tú siempre tan oportune, dame cinco minutos que culmino, necesito descargar mi magia.- Respondió Ambrosía mientras se desquitaba sobre el precioso melocotón de su amigue Pelón.

Ambrosía se corre dentro de Pelón y este recarga sus poderes de medium. Ahora puedo manifestarme con un cuerpo físico. Es temporal, ya que estes niñes necesitan reponer sus pilas con el zumo de Dios. Pelón odia retener el poder mágico en su interior ya que le salen unos gases terribles y tiene miedo de ofenderme al hacerme desaparecer si lo evacua sobre sus calzones.

Querides, mi sobrina Pericia necesita vuestra ayuda. Se encuentra en la sede de las guerreras de Maria. Está sufriendo mucho porque no se atreve a sacrificar su corazón por el mundo. Esta niña egoísta... ¡Sor Esperanza debe sacrificarse por la humanidad si queremos que P. Jesus y Albacete fracasen al traernos el apocalipsis!

Me monté en el cadillac descapotable customizado con animal print de zebra fucsia y negro de les Jesuses mientras sonaba Huracán de hakuna a todo volumen. El viento mecía mi cara y yo daba gracias a mis discipules por la vida (aunque sea temporal). ¡Qué alegría volver a tener sentidos, es como un huracán rompiendo el cielo desde mi garganta!

-Primavere, normalmente solo te comunicas con nosotres mediante Le Llamade, es decir, visiones. ¿Por qué te has manifestado físicamente? Es agotador. -Dijo Jesús Pelón.

-El tema actual de hoy es: voluntad y soledad. He visto millones de futuros alternativos y por culpa del afán de la Virgen María por impedir la muerte de Sor Esperanza siempre acabamos en el mismo punto. Necesito hablar con mi sobrina Pericia o Flora morirá. La única forma de evitarlo es sacrificando a la monja como Cristo en la cruz. Mi sobrina necesita aceptar la voluntad de Dios y afrontar la soledad. -Respondí.

¡Ay mi ciele! Menudo marrón. Estamos a tus pies, al fin y al cabo tu eres le mesie y eres puro conocimiento. Lo que sea por seguir un poco más en la tierra.-Contestó Pelón.

En la radio suenan Las divinas, de la banda sonora de Patito Feo y Jesús Ambrosía sube el volumen. Al anochecer llegamos al claro donde se ubica el convento de las guerreras de María. Aparcamos y detrás de una espesa niebla nos estaban esperando Sor Esperanza y Pericia Bella.

-Tuve una visión, Dios dice que tenéis algo muy importante que contarme. ¿Qué es?-Pregunta Pericia con impaciencia.

Se escucha un pedo y yo, Primavere, me desvanezco.



Ladrón en la ermitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora