Volver a empezar - Parte I

26 0 0
                                    

Estoy con Sor Esperanza en el Ikea buscando muebles. Voy agarrada de su mano, como todas esas buenas amigas a las que tanto les gusta este comercio. Solo pude resumir mi felicidad con esta frase: soy tuya, eres mía ¡de alegría quiero saltar!

Quiero un nuevo mueble para nuestro pequeño nido de la amistad. Como me gusta el mobiliario de aspecto rústico -por influencia de mi papá- me quedo prendada de la cómoda BJÖRKSNÄS cuyo aspecto austero es el perfecto para nuestros aposentos del convento. Manipulo los cajones para comprobar su capacidad y de golpe tengo una visión. Todo se nubla pero esta vez no veo la virgen sino mi tía Primavera.

Tengo un mensaje importante para ti mi querida sobrina, necesito que acudas a mi llamada durante la próxima luna nueva. Espérame con tu amiga fuera del convento bien pasada la medianoche. Es impor.................

Vuelvo en sí, mi visión se corta abruptamente. Mi trance ha alertado a los miembros de seguridad, que me están socorriendo. Me sale espuma de la boca. Creen que tengo un ataque epileptico.

-Está bien, no os preocupéis. -Tranquiliza Sor Esperanza.- Debido a su condición médica suele tener estos ataques, pero está todo bajo control.

Se marcha la muchedumbre curiosa y cuando nos quedamos solas la monja me pregunta si estoy bien y me planta un beso en la mejilla. Me sonrojo y le agarro con fuerza la mano.

Sí amiga, estoy bien. He visto a mi tía Primavera, dice que en la próxima luna nueva tiene algo importante que decirnos. Pero... ¿cómo va a hablar conmigo? Ha fallecido hace tres años.

Salgo del Ikea con el BJÖRKSNÄS y lo ponemos en el 4x4 de mi querido y hermoso hermano Andreas. ¿Me seguirá odiando por robarle a su nena? Algún día entenderá que es por un bien mayor y todo buen cristiano tiene que aprender a perdonar o poner la otra mejilla, al fin y al cabo, 70x7 dios perdona siempre.

-¿Cuándo cae la próxima luna nueva? -Pregunta Sor Esperanza.

-No lo sé, dame un momento. OK Google, la próxima luna nueva.

*La próxima luna nueva será hoy* responde con una voz robótica el asistente de voz de Google.

¿Cómo que hoy? Pues tenemos que darnos prisa porque quería darte una sorpresa... -Responde la monja con una cara de tristeza. De fondo, en la Radio, suena Siempre Juntas de las Chillers.

Tras una rica cena, subimos a la habitación. Ya teníamos la cómoda montada, juntas somos un gran equipo y no hay mueble que se nos resista. ¡Quién necesita hombres teniendo a mujeres como nosotras!

-Pericia, amor... quiero confesarte una cosa. Verás, lo que yo siento por ti es algo más que una simple amistad, creo que supera el vínculo que solemos entablar las hermanas de esta nuestra congregación. Te quiero y necesito que seas parte de mi vida, yo seré tu conchi y tu mi Rosa. Cuando todo esto acabe dejaré los hábitos y nos vamos a casar. No acepto un no por respuesta.- Dijo firmemente y de sorpresa sor Esperanza que sella sus palabras con un tierno beso en mis labios.

-Amiga... no se que decir... yo solo quiero una amistad bonita. Las mujeres no nos podemos casar, ¡es pecado!

-¿No eres tú la que se pasa el día diciendo que nuestro Dios es un Dios de amor, o que 70x7 Dios perdona siempre? Para empezar no hay nada que perdonar, porque nuestro amor es lo más puro que hay, tu y yo somos como Bonnie and Clyde. Huimos del mal, del P. Jesus, el sicario del vaticano y juntas hemos pasado por muchas cosas.

Me echo a llorar ante las palabras de mi amiga. -Yo siento lo mismo pero, amiga... Tengo mucho miedo, miedo de perderte, miedo de... -No puedo terminar mi frase, me duele mucho verbalizar mi mayor temor. Quería decir que me duele mucho estar ahí con ella y sentir la impotencia de ver morir a Espe cientos de veces. Vosotros no lo sabéis, porque en este tiempo no he estado escribiendo en mi diario, pero Sor Esperanza y yo llevamos meses tratando de salvar a mis hermanas de las infernales zarpas de P. Jesus. Cada vez que lo intentamos el resultado es el mismo: Sor Esperanza muere y yo no logro salvarla, la Virgen se me aparece y nos devuelve al inicio de ese mismo día. Lo único que puedo hacer por ella es procrastinar y evitar culminar mi misión. Solo así podremos seguir siempre juntas.

-No llores, amor, estoy aquí contigo, siempre.- Sor Esperanza se funde conmigo en un gentil y cálido abrazo. Me estremezco y siento un ligero palpitar en mi cuerpo.

Falta poco para la medianoche, nos fugamos del convento sin levantar sospecha, como siempre, desde nuestra ventanita que desemboca en el tejado. Tengo el presentimiento de que va a suceder algo malo, la bruma invade todo el claro y eso me pone tensa. A lo lejos se atisban las luces de un coche. Conforme se acerca puedo ver que está tuneado con un gusto horroroso, típico de bujarrones. El coche fucsia y negro se para en seco y apaga las luces. De él se bajan dos hombres de aspecto pintoresco y una señora vestida de fucsia y violeta. Era mi tía Primavere con dos fulanos homosexuales.

Se escucha un pedo y mi tía se desvanece.

Ladrón en la ermitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora