Capítulo 7: Viejas memorias

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Él grupo de caballeros ocaso que rodeaba a Gildegard y Vanessa observaron atónitos como la princesa de Tisrujum se había acercado solicitando hablar con su capitán, muchos de ellos querian saludarla como en los viejos tiempos pero él semblante de la princesa era tan serio que quizás no sería él mejor momento.

Annabeth: ¿es un mal momento?

Gildegard: No, Vanessa encargate de que todos vayan a sus habitaciones en máximo 1 hora, mañana nos levantaremos temprano para ver cuáles seran nuestras asignaciones, iré a recogerlos a las 7 am.

Vanessa: No te preocupes, yo me encargo.

Después de que Vanessa se llevará a los demás caballeros que estaban cercas la princesa Annabeth y Gildegard se quedaron solos entre la multitud de nobles, Annabeth soltó un pequeño suspiro antes de sonreír y mencionar con cierta pizca de alegría.

Annabeth: Vanessa no ha cambiado en nada.

Gildegard: Realmente ninguno de ellos lo hizo, siguen siendo los mismos de siempre, bueno a excepción de Nerissa.

Annabeth: ¿Es por su hermano verdad?

Gildegard: Si, perdimos a Severus hace un par de semanas cuando veníamos de regreso, ella está triste por la pérdida pero también está enojada, pero eso no es de lo que quieres hablar conmigo ¿verdad?

Annabeth: No, por favor sigueme.

La princesa Annabeth comenzó a caminar hacia uno de los pasillos dejando atrás él salon del trono, Gildegard la siguió de cercas ante la mirada de Maddock a la distancia acompañado nuevamente por Tilius. La princesa y él capitán de la cruzada de los caballeros ocaso llegaron a un balcón que mostraba él esplendor nocturno de la ciudad y los muros que la protegían, Gildegard se sentía un poco pequeño a comparación, muchas cosas habían cambiado desde su partida y estaba nervioso de hablar con Annabeth después de su ruptura justo antes de partir, la princesa notó él nerviosismo de su viejo amigo y hablo de forma calmada para tranquilizar a Gildegard.

Annabeth: Primero quiero que sepas que ya no estoy molesta contigo.

Gildegard: ¿Enserio? yo esperaba. . .

Annabeth: Ha pasado mucho tiempo, deje esa molestia atrás, no tenía caso seguir molesta durante tanto tiempo sin saber siquiera cómo te encontrabas.

Gildegard: Es bueno escucharlo, me alegra que ya no estes molesta conmigo, un momento ¿te preocupaste por mi?

Annabeth: Gildegard, claro que me preocupe por ti . . .

Sin previo aviso Gildegard beso a la princesa Annabeth de forma suave y prolongada, Annabeth quedó en shock recordando él ultimo beso que se dio con Gildegard antes de la cruzada de los caballeros ocaso, ella estaba enojada en aquel momento, había renunciado a la oportunidad de ir a un curso de caballeros de élite en los límites de Argendros y apenas 1 semana después se enteró que Gildegard se iría, ambos discutieron por que la princesa Annabeth intento convencer a Gildegard de quedarse asi como él la convención de no ir sin embargo debido a la presión de su padre esté no pudo evitar ir y aquel último beso se dio justo a las afueras del castillo, como una última despedida llena de sentimiento, sin embargo ahora no era igual y apenas salió del shock Annabeth empujaria a Gildegard separándolos abruptamente para después tallarse los labios con él brazo ante un confundido Gildegard que se rascaba la cabeza.

Gildegard: Lo siento, me equivoque, creí que como no estabas enojada podría . . .

Annabeth: No, Gildegard han cambiado muchas cosas desde que te fuiste, no podemos volver a hacer eso.

La princesa estaba sonrojada aunque de igual manera estaba molesta, Gildegard aun confundido intento acercarse y Annabeth respondió.

Annabeth: Yo estoy en una relación.

Gildegard observó a Annabeth ampliamente confundido mientras retrocedía un poco, la princesa recuperó su compostura después de desviar la mirada por un momento regresando a ver a su viejo amor de juventud cuando esté hablo con un tono un tanto distante.

Gildegard: ¿De verdad?, yo . . . no se que decir . . . ¿quién?

Annabeth: Maddock, estoy saliendo con Maddock

Gildegard: ¿Maddock?, hable con él hace un rato, ¿por que no me dijo nada de esto?.

Annabeth: Porque yo se lo pedí, yo quería hablar contigo sobre eso, evitar que te molestaras con él.

Gildegard: ¿Cuando paso?, ¿Como paso?

Annabeth: Por favor no te hagas eso, Gildegard no quieres escucharlo

Gildegard: Yo no lo entiendo . . .

La princesa Annabeth se acercó a Gildegard poniendo su mano sobre su hombro mientras le hablaba tranquilamente.

Annabeth: Él tiempo pasó, mi padre dejó de informarme sobre ti y sobre la cruzada, hubo varios ataques durante la construcción de los muros y Maddock se volvió alguien muy importante y muy cercano para mi, terminamos saliendo y al enterarnos que ya estaban a punto de llegar ambos nos sentimos mal por ti, esperamos que no estés enojado con nosotros y lo siento por ya no poder corresponderte. . .

Gildegard: Si lo pones asi, Maddock estuvo para ti mientras yo no estaba, aquella vez no pude decirte cuanto sentía que las cosas hubieran terminado asi.

Annabeth: Eso pudo haber sido mi culpa, me sentía dolida y no quise hablar contigo hasta bueno él final.

Gildegard: Si . . . esto es un poco incómodo ahora ¿verdad?

Annabeth: Un poco si.

Ambos se quedaron en completo silencio viendo las luces de los faros y antorchas que iluminaban las calles de la ciudad, Gildegard se sentía un tanto dolido pero no era capaz de explicar o de siquiera mencionar si sus sentimientos se debían por lo que Annabeth le había dicho o por la culpa que sentía de que las cosas hubieran terminado asi entre ellos, la princesa Annabeth por su parte se sentía conflictuada, por un lado se sentía aliviada de ya haberle dicho las cosas a Gildegard pero por otro aquel beso la había sacudido más de lo que realmente le gustaría admitir pero no quería pensar en ello, un tiempo después de que ninguno dijera una sola palabra la princesa de Tisrujum pensó que sería buen momento para retirarse por lo que voltearia a ver a Gildegard mientras le decía.

Annabeth: Será mejor olvidar el beso de hace un momento, fue un error y no volveremos a hablar de eso.

Gildegard: Lo siento por eso, debí esperar a que terminaras de hablar, ¿puedo preguntarte algo?

Annabeth: Adelante.

Gildegard: ¿Eres feliz con Maddock?

Annabeth: Es bastante considerado y ambos somos felices, por favor no te vayas a molestar con él.

Gildegard: No te preocupes, me alegra que estés feliz asi que no haré nada contra él.

Annabeth: Perfecto, dicho sea de paso nosotros aun podemos ser amigos . . . si quieres claro está.

Gildegard: Estaría bien con eso.

Annabeth: Bien, probablemente mañana haya algún entrenamiento entre él equipo que se formó en su ausencia y los caballeros ocaso, será mejor que cada quien vaya a dormir.

Gildegard: Buenas noches princesa.

Annabeth: Buenas noches Gildegard.

La princesa Annabeth desaparecería en los pasillos del interior del castillo dejando a Gildegard solo con sus pensamientos, viejas memorias volvieron a él de su tiempo junto a la princesa cuando eran jóvenes, incluso cuando eran niños, Gildegard no quería arruinar la felicidad de Annabeth contándole que muchas de las veces que batallo en su cruzada solo lo hizo con la esperanza de reunirse con ella y arreglar las cosas, ahora parecía que su tiempo había pasado y no le quedaba más remedio que aceptarlo, un poco reflexivo volvió a su cuarto poco después.

Caballeros ocaso: La caida de los caballerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora