Miss Cliché (Chloe bourgeois)

Triángulo Amoroso (Luklila/Lukloe)

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Chloe jamás imaginó verse en vuelta en uno de los más grandes clichés que existían.

No de esa forma. No así.
Todo iba bien, todo iba saliendo de acuerdo a lo planeado, excepto aquella noche.

Esa noche donde todo se fue al carajo...

Chloe se encontraba terminando de documentar unos archivos en su oficina cuando alguien dio tres golpes en la puerta para luego pasar.

– hola, hola – dijo aquel chico esbozando una gran sonrisa – ¿Otra vez trabajando hasta tan tarde?

– Luka – sonrió la rubia al verlo mientras terminaba de teclear en su computadora y luego cerrarla – es un caso difícil...– respondió dirigiendo su vista hacia él, mientras comenzaba a acomodar sus cosas – ¿Qué haces aquí?

El azabache pronunció aún más su sonrisa y sacó una pequeña cajita adornada con un listón de color dorado.

– No creíste que olvidaría tu cumpleaños, ¿O si?– cuestionó mientras le ofrecía la cajita –de ser así me ofendería muchísimo – bromeó

– ridículo – dijo Chloe aceptando la cajita mientras la abría, encontrándose con un hermoso par de pendientes – se te ha ido el salario en esto – bromeó

– sólo lo mejor para mi mejor amiga – dijo él sin dejar de sonreír – Lila se disculpa, sabes que ella quería organizarte una fiesta, pero su madre...

– si, lo sé – interrumpió Chloe – en todo caso agradezco que no haya podido organizar nada, una fiesta entre semana no parece lo más prudente para mí. Gracias por los pendientes

– ¿Te invito un trago? – ofreció el azabache

– Luka, sino quiero una fiesta. ¿Qué te hace creer que me quiero emborrachar? – bromeó

– ¿Quién habló de emborracharse? – cuestionó divertido – ya no somos unos adolescentes, hablo de una salida de amigos que van por un par de tragos. Además, es tu cumpleaños. Al menos una cerveza para celebrar

– odio las cervezas – respondió la rubia haciendo una mueca – pero te acepto un Aperol bien cargado

– esa es mi Chloe – respondió el azabache dedicándole una bonita sonrisa

Ambos se dirigieron al bar más cercano, pero a pesar de lo acordado, ambos bebieron bastante. Por lo que, cuando Chloe estaba por subirse a bailar sobre la barra, fue cuando el azabache la sacó de aquel lugar.

Se encontraban caminando por las solitarias calles de París, ya era de madrugada y pocos eran los que transitaban a esas horas.

– ¿Cómo vas? – preguntó el Couffaine con interés

– bien, gracias a esta botella de agua que me compraste ya estoy mucho más repuesta – respondió con una sonrisa en los labios – siempre has sido tan amable y atento...

Luka dibujó una pequeña sonrisa en su rostro.

– además de sexy – agregó Chloe bebiendo otro sorbo de su botella mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro – en la escuela eras muy cotizado

El azabache soltó una enorme carcajada.

– ¿Cómo crees? – dijo dándole un ligero empujón con su hombro

– vamos, Luka. Todas las de la facultad morían por tí – insistió la rubia – debo confesar que también me atraías

Luka la miró con sorpresa.