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—joder nunca he Sido fanática de los juguetes sexuales, pero verte ese culo inclinado en el mesón y no querer follartelo debería ser un pecado— Dijo Mad dándole una nalgada candente haciendo gemir a Emma.

—¡MIERDA!— fue lo último que soltó antes de correrse. Dejo caer su pierna, que antes estaba apoyada sobre el mesón y restauró su postura normal, volteandose para mirar a Madison.

—¿Te ha gustado?

—por supuesto, pero creo que mi cuerpo no aguanta una noche de sexo más. Me tienes agotada.

—honestamente, estas últimas dos semanas no nos hemos dado descanso.— dijo lavando sus manos en el lavaplatos para luego sentarse en el sofá junto a Emma.

—es agotador

—no te he escuchado quejarte.

—tu no, pero Matt si, ya no conozco más partes de mi cuerpo para comentar que me duelen.

—no es mi culpa que te guste rudo, eso tiene que ver contigo y tus fantasias.

—hablando de eso, acerca de juguetes sexuales que mencionaste durante el acto, ¿Que es lo que se te imagina?

—arnes con funda vibradora. Creo que nos servirá mucho a las dos.

—es una atractiva idea, es decir, tus dedos son excelentes pero porque negarse a la experiencia.

—Me gusta esta nueva tu.

—¿Cuál?

—la tu que acepta nuevas experiencia, la tu que me ofreció sexo candente sin compromiso, la tu que no tiene ningún problema en comerle el coño a su mejor amiga, la tu que usa faldas y vestidos ajustados, esa tu, si tuviera un pene, te juro que lo tendría gordo y duro con solo saber de tu jodida existencia.

—¿Pretendes seducirme para que follemos otra vez?

—¿Eso es un problema?

—lo es cuando tengo que ver a Matt, mañana tengo examen de química organica.

—maldita química organica, arruina mis orgasmos.

—esperame para la noche.

—crei que tú cuerpo no daba para una noche más.

—bebé, por tenerte dentro dejaria que se me me pulverizara cada hueso.

—tus palabras no ayudan a qué contega mi deseo sexual.

—eres una ninfómana.

—no lo era antes de ti.

—¿Acaso ninguna de tus novias te tenía follando día y noche?

—no, sabes eso, siempre fuimos de una vez a la semana o algo así. Y tú también, no te hagas, el sexo con los chicos siempre fue algo de lo que te quejabas, salvó con Evans, el estúpido semental que era un idiota.

—no se puede tener todo.

—tienes razón. El sexo es increíble contigo, la verdad, creo que se debe a la confianza que tenemos por ser amigas, para decirnos lo que nos gusta y lo que no, lo que queremos sin pudor.

—O que te gustó demasiado— dijo sonriendo a modo de broma mientras apoyaba su cuerpo en el respaldo del sofá.

—entonces también tendrías que admitir que lo disfrutas tanto porque yo te gusto— Dijo Mad inclinandose hacía Emma, haciendo que tragara saliva nerviosa.

—honestamente lo de ser amigas me parece una razón muy lógica.

—¿Te asustó lo que te dije? Digo, como ahora sí te parece mi idea— dijo riendo.

Amigas con beneficiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora