Capítulo 14

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Altagracia se puso una falda

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Altagracia se puso una falda.

Bueno, en realidad la falda era parte del vestido. Y no, no había sucumbido a las demandas de Luis. Sencillamente, había elegido el vestido porque le quedaba muy bien. No pensaba salir con aquel hombre tan guapo sin estarlo ella también.

Luis miró el vestido, del mismo color que sus ojos y los modernos zapatos de tacón. Pero no se mostró triunfador. Muy astuto, pensó Altagracia, seguramente sabía que la réplica sería de temer.

Pero durante el día no dejó de decirle, de todas las maneras posibles, lo guapa que la encontraba. Y ella descubrió que no se cansaba de sus halagos.

Pensando que tendría planeado un itinerario, se quedó sorprendida cuando le dijo que se ponía en sus manos. Quería que le enseñase sus lugares favoritos de Nueva York.

No conocía ese lado amable y considerado de José Luis Navarrete. No conocía a aquel hombre que la acompañaba al puerto, al puente de Brooklyn, a dar un paseo en carruaje; el hombre que reía mientras daban de comer a las palomas en la Quinta Avenida.

Después de comer, pasearon por Central Park y cuando le puso su chaqueta sobre los hombros, Altagracia se derritió, respirando esa mezcla de frescura, vigor y testosterona que era José Luis Navarrete. Él frotó la barbilla contra su cabeza, riendo.

-Gracias por enseñarme la cuidad. Hacía mucho tiempo que no lo pasaba tan bien. De hecho, ayer y hoy son dos de los mejores días de mi vida.

El corazón de Altagracia se hinchó de tal modo que pensó que iba a explotar.

-No puedo creer que hayas estado aquí tantas veces y nunca hayas visto la ciudad.

-Nunca he tenido a nadie que me la enseñara -dijo él. -Pero ahora lo tengo.

La presión en el pecho se volvió insoportable. Parecía tan triste, tan solo.

Como si hubiera leído sus pensamientos, Luis dijo:

-La verdad es que nunca pensé que me estuviera perdiendo algo, pero ahora me doy cuenta de que así es.

Altagracia se apretó un poco más contra él, como para absorber su soledad.

-Yo pensé que conocía la ciudad, me he pasado la vida viajando aquí con mi padre y mis hermanos, pero mientras paseaba contigo sentía como si estuviera viéndola por primera vez y...

Una paloma levantó el vuelo a un metro de ellos y Altagracia no terminó la frase. Afortunadamente. Porque decir «me ha parecido más bella contigo» era demasiado prematuro.

Los dos se quedaron en silencio entonces, aunque para ella el silencio estaba cargado de confusión.

-Hasta que tomemos una decisión, creo que deberíamos mantener esto entre nosotros -dijo Luis entonces.

𝐴𝑚𝑎𝑛𝑡𝑒 𝑃𝑟𝑜ℎ𝑖𝑏𝑖𝑑𝑜... |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora