el chico que rechazó al gran Sirius Black

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Pronto el productor entre otros miembros del equipo llegaron para la grabación. Kingsley y Alice se fueron, pero no antes de que el hombre susurrara algo a Sirius para asegurarse de que seguirá las reglas que habían discutido en la reunión.

El estudio era amplio y los integrantes del equipo fueron tomando sus lugares. Sirius tras calentar su voz se instaló detrás del cristal de la sala de control frente al micrófono.

Para comenzar empezó con una canción fácil.

Observó al pasante encontrar un rincón para sentarse con su libreta y bolígrafo en la mano. Lucía tranquilo, relajado, bello.

Aunque las canciones ya habían sido escritas y preproducidas cuando conoció a Remus, cuando cantaba y lo miraba, sentía que todas esas canciones habían sido escritas sobre él.

Cerró los ojos, sintiendo la música. A pesar de que su compañía discográfica a veces lo presionaba para que hiciera canciones con la única intención de volverse viral en TikTok. Sirius nunca cantó nada que no tocara su alma, que no lo hiciera temblar, llorar y reír de alegría. Tenía que sentir la música en su corazón.

Ahora con el micrófono al frente esas canciones estaban siendo cantadas para Remus Lupin.

Sirius volvió a abrir los ojos y su vista cayó inmediatamente en la mirada ámbar de Remus. Lo miró con asombro y de repente dejó de cantar. -Mierda. ¡Que alguien me de una hoja y papel! ¡Necesito escribir!

Ni siquiera se dio cuenta de quién se lo dió, sino que se sentó en el suelo con el papel escribiendo lo que su alma le decía. Derramó todo lo que se le ocurrió en ese momento, cada palabra y sentimiento. No se dió cuenta de que tanto tiempo se quedó escribiendo. Pero, cuando terminó, su equipo se había tomado el tiempo de editar y ordenar las pistas que ya había grabado anteriormente.

—Uh, disculpe. ¿Le gustaría un poco de agua?— se giró hacia Remus que se agachó a su lado. Ahí estaban otra vez esos ojos. —Un descanso antes de volver a grabar.
—Claro—. Sirius aceptó la mano de Remus para ponerse de pie.
—¿Entonces, terminó?
—Algo así, es un desastre y necesito sentarme para dedicarme a ello un poco más.— Apretó el cuaderno contra su pecho. Remus le sonrió.

No fue hasta que llegó a casa que notó que el cuaderno tenía un RJ grabado en el medio.

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—¿Qué tal si el conductor lo deja en casa primero y luego a mí?— Remus quiso saber con una pequeña sonrisa cuando Sirius sugirió que su conductor lo llevara.

—O tal vez podrías pasarte por mi casa y quedarte allí a dormir.— dijo Sirius, poniéndose el abrigo por la brisa fresca de la noche.

No.— Remus negó con la cabeza.
—¿No?

Remus sonrió. _No.

—Esto nunca ha pasado—. Murmuró Sirius. Por lo general, bueno, siempre, cuando invitaba a alguien a su casa, decían que sí inmediatamente.

Remus lo miró, una sonrisa en sus labios. —¿Qué? ¿Nunca lo han rechazado antes?— Preguntó sarcásticamente. —Para todo hay una primera vez.— dijo sin esperar respuesta.

Sirius se tragó la respuesta que quería dar y vio a Remus entrar al auto.

Bueno, eso realmente fue un gran cambio.

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Sirius abrió la puerta con su llave de repuesto, encontró la casa en silencio con las ventanas cerradas. Miró su reloj y notó que apenas eran las 11 de la noche, pero todos parecían estar durmiendo.

Se quitó los zapatos, quedándose en calcetines, caminó de puntillas hasta llegar al dormitorio principal. Lily dormía boca arriba debido a su estómago abultado y James dormía sobre su pecho, con lentes torcidos sobre su rostro.

—¿Tuviste una buena reunión?— James murmuró mientras se despertaba, dejando espacio para Sirius.

—Terrible realmente.

—¿Captaste sentimientos de nuevo hoy?.

—Hoy me rechazaron—. dijo Sirius.

Los ojos de James se abrieron de golpe. —¿Rechazado? ¿Tú?— preguntó, sorprendido. —Debe estar completamente loco, Sirius.

—De hecho, creo que es muy inteligente.

—Así que... Captaste sentimientos.

—Muchos de esos, desafortunadamente.—Murmuró Sirius. —Los odio. Malditos sentimientos, tan innecesarios de tener.

James sonrió y Sirius enterró su rostro en el hombro de su amigo. —Harry pateó todo el día de hoy.

—Va a ser un futbolista como su padre—, dijo Sirius con certeza. Levantó la barbilla mirando a Lily dormida. Desde mediados del embarazo su sueño se ha vuelto muy pesado. —¿Y como estuvieron ustedes dos hoy?

—Estuvimos genial. Y ese es el problema—. James susurró. —No puede buscar trabajo porque está avanzada en el embarazo y no sirve de nada buscar algo si va a tener que tomar la licencia por maternidad poco después. Así que todo está bien porque nuestros problemas se han ido, pero no será así para siempre.

Sirius sabía que a James lo mataba pensar en viajar a los partidos de fútbol sin Lily y luego Harry a su lado pero, también que se sentía muy egoísta pensando así porque Lily merecía ser feliz en un trabajo que la hiciera sentir realizada, incluso si ese trabajo la obligaba a permanecer en la misma ciudad todo el tiempo.

—Todo va a estar bien al final -dijo Sirius porque no sabía cómo arreglar esto para su mejor amigo, aunque realmente quisiera.

Todo estaba cambiando. Y no había nada que pudiera hacer al respecto.

—Eso espero—, dijo James con tristeza. —cuéntame más sobre este muchacho que rechazó al gran Sirius Black.

—!Oh, no te lo vas a creer!

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