Toda la noche

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—Bueno, eso es jodidamente grosero—, Sirius frunció el ceño, aguantando el puchero que se estaba formando en su rostro, se cruzó de brazos abrazándose a sí mismo, sintiéndose expuesto de la nada.

Remus estuvo un poco inseguro por un momento, pero también cruzó los brazos sobre su pecho, encogiéndose en sí mismo. —Bueno, tal vez quise ser grosero.

Sirius parpadeó, todavía frunciendo el ceño. Podría haber jurado que sintió una energía brillante y fantástica entre él y Remus mientras cantaba. Incluso con las luces brillantes sobre él, miró directamente a Remus, fue como en esas películas de Joe Wright cuando la pareja principal bailaba y toda la gente a su alrededor desaparecía porque solo tenían ojos el uno para el otro. No estaba cantándole a toda esa gente. No.

Le estaba cantando a Remus.

Pero Remus no parecía haberlo escuchado.

—¿Es en serio?

—Sí—dijo Remus con menos certeza en su voz. -No soy una broma, Sirius.

—¿Cuándo dije que eras una puta broma para mí?

—No era necesario que lo dijeras— dijo Remus en voz un poco alta encogiéndose de hombros. Miró a su alrededor y fue solo entonces que Sirius recordó que estaban en público, pero el vestíbulo del hotel estaba parcialmente vacío y la única persona que les prestaba atención era la recepcionista, quien desvió la mirada con incomodidad tan pronto como Sirius la miró. —Tratas todo como una gran broma, ¿por qué sería diferente conmigo?

—¿Es esa tu única percepción de mí?

Sirius preguntó sin querer mostrar cuánto lo afectó eso. No se conocían desde hacía mucho tiempo, pero en ese corto período de tiempo se reían juntos y hablaban de cosas que no involucraban a Sirius y su reputación, pensó que al menos había hecho un amigo.

—Tal vez.

—De acuerdo—, Sirius descruzó los brazos y se alejó. Se suponía que regresaría al evento para socializar, conversar con los periodistas, tomar fotografías y dar las gracias a todos por asistir al espectáculo, pero en lugar de eso, fue directo al ascensor.

Está bien. Sirius podría ser superficial.

Y podía tomar las cosas como una broma.

Pero no era completamente despiadado, solo era un poco descortés a veces. Y ciertamente había dejado en claro que le gustaba Remus más allá de querer meterse en sus pantalones.

Y tampoco le importaba la opinión de los demás. O fingió que no le importaba, pero de cualquier manera no debería dejar que la opinión de alguien que acababa de conocer lo afectara. Pero mientras presionaba el botón del ascensor no quería nada más que regresar y encontrar a Remus y hacerle entender que no era del todo una persona mala o privilegiada que usaba a la gente.

Estaba a punto de dar la vuelta y regresar. Casi lo hace, pero Remus lo llamó. Antes de que pudiera darse la vuelta, sintió una mano guiándolo hacia el ascensor y entrando detrás de él. -No puedes alejarte en medio de una conversación.

Sirius sonrió sarcásticamente mientras presionaba el botón del piso en el que estaba su suite. -No se sentía como una conversación, pero estás actuando como un idiota.

—¿Qué?— Levantó la cabeza para mirar a los ojos de Remus. —Fuí tras de ti. Solo quería hablar contigo y decidiste que era hora de "exponer" a Sirius o algo así—. Eso hizo reír a Remus y rápidamente se tapó la boca con la mano. —¿Te estás riendo? Me hiciste enfadar ridículamente y...

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