Malentendido.

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CAPITULO III

Por fin llegaron a la casa de Hanamichi. Lamentablemente este no tenía las llaves de su casa porque se encontraban entre las pertenencias robadas. Tuvo que escalar hasta el segundo piso para abrir una ventana, que por lo general, jamás estaba con seguro. Entro con cuidado y bajo hasta la planta baja para abrirle la puerta al moreno, al cual lo tomo con brusquedad del brazo y lo jalo con fuerza hasta dentro. Cerro dando un gran portazo.

Al moreno le costó descifrar el rostro de su rival, aunque sabia que su orgullo estaba bastante destrozado ante ese encuentro, había algo más que le molestaba.

Estaban frente a frente pero Hanamichi mantenía su rostro en dirección al suelo con los ojos cerrados.

- ¿Estas bien?- no estaba muy seguro de hablar pero ya no aguantaba estar así. No recibió respuesta. – si es porque nos vieron créeme que para mí también es algo vergonzoso...

- No se trata de eso, además tú no lo entiendes...- susurro. Tratando de sacarse lo que tuviera en mente comenzó a golpearse con sus manos las mejillas. Dio una sonrisa bastante forzada- no es posible, haha, es solo un malentendido- hablaba para sí mismo. Se dio media vuelta con intención de ir a la cocina- ah, lo siento. Puedes ir hasta mi cuarto- le señalo el segundo piso- es la primera puerta del pasillo. Espérame ahí, voy enseguida.

Los nervios se comían a Rukawa y el cosquilleo en su estomago era cada vez más intenso. "Y si las intenciones de Sakuragi son..."se regaño mentalmente y cuando estuvo a punto de dar un paso se detuvo por primera vez a mirar lo que llevaba puesto Hanamichi. Repaso con lujuria (sin percatarse) ese cuerpo bastante armonioso que se alejaba. La musculatura de los brazos era perfecta, su ancha y escultural espalda y aquellos hombros bastante prominentes... Bajando un poco mas se encontraba con esas redondas y apretables nalgas bien formadas que estaban a la vista, gracias a esa prenda.

- Que calor...- susurro.- "esto está mal" pensó cuando sintió algo duro formarse en su entrepierna. Camino al inicio de la escalera escondiendo sus encantos- ¿puedo usar tu baño?- pregunto sonrojado y desvió la vista cuando el otro se volteo a verlo.

- Claro, también está arriba. Tercera puerta. Si quieres puedes ducharte- Kaede asintió- en seguida te llevo unas toallas.- se estaba comportando demasiado amable.

Luego que el moreno desapareciera por las escaleras, Hanamichi quedo pensativo. No podía sacarse de la cabeza eso que tanto le molestaba. "¿que hacia Yohei con su amada Haruko?" el tenía pensado llegar a casa y alistarse lo más rápido posible para ir a su encuentro pero ahora estaba todo estropeado. Definitivamente mañana le pediría explicaciones aunque...

- ¡¡¡¿Como diablos me acercare a él después de que me vio así?!!!!- se dijo así mismo- ¡¡¡y sobre todo con Haruko!!!!- se sacudió su poco cabello con las manos. Sin darle más vueltas al asunto fue donde estaba Rukawa.

Toco la puerta para hacerle saber a su rival que había llegado con las toallas. Luego se dirigió a su habitación para buscarle algo de ropa pero no tenía nada adecuado para el Zorro, pensó que tal vez podría pedirle que se quedara a pasar la noche ahí porque ya era muy tarde. Si, estaba consciente de que debía ser amable con Rukawa por todas las molestias que le causo en el camino y lo compensaría como buen anfitrión que era. Quizás podrían hacer las paces...

Mientras tanto bajo el agua, Kaede pensaba en cómo debía actuar frente al mono pelirrojo. Quizás podría comenzar el y tratar de seducirlo, o tal vez, el pelirrojo como es mas impulsivo tome la iniciativa. Pero eso sería ir muy rápido... ¿y si antes le confesara sus sentimientos? Pero aun no estaba tan seguro de lo que sentía por Hanamichi aunque su cuerpo ya sabía que era lo que quería. 

Traicion, bromas y malentendidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora