1. La unión.

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Habían muchos rostros inconformes entre la corte, una unión entre dos alfas no se había intentado jamás en siglos desde la caída de la antigua Valirya, pero era la única forma de evitar una posible guerra, con ambos al mando no habrían más disputas sobre la sucesión una vez el Rey Viserys muriera.
Si bien ambas partes del trato no estaban de acuerdo era su deber como futuros reyes o al menos de Jacaerys.
A largo plazo no era mala idea pues de niños solían ser medianamente unidos hasta que ambos se presentaron como alfas y los desacuerdos empezaron pues ambos querian tener el control, las discusiones eran frecuentes y aburridas para los hermanos menores incluso Helaena estaba disgustada.
La boda se llevaría a cabo lo antes posible en vista de la salud cada día más precaria del Rey.
La sucesión del nuevo matrimonio sería un tema del que hablarían luego, podrían tomar una omega que gestara a la prole de ambos alfas, estaría a discusión una vez se consumara el matrimonio.

—Hijo mio, te vez hermoso.
Las palabras de la Reina Alicent flotaban entre los oídos de su primogénito por supuesto estaba en negación aún, pues las pocas veces que compartió palabras con el Príncipe Jacaerys fueron más bien discusiones.
Incluso su intento de escape había salido mal siendo encontrado por Aemond y el escudero más fiel de su madre Ser Criston Cole.
—Creo que con un poco de vino me vería mejor.
El comentario desinteresado de Aegon había molestado a su madre, se podía ver en el ceño fruncido que traía su rostro, dejó pasar el atrevimiento de su hijo por esta vez.
Estaba por demás decir que ninguno estaba de acuerdo con la unión aunque Alicent se había asegurado de instruir a su hijo para que se comportase como un buen alfa que de eso dependía su cabeza, solo había estado de acuerdo con la unión por el bien de su familia y la opinion de Aegon no contaba en lo absoluto.
—Solo mantenlo feliz como un buen esposo haría.
Esas habían ido las ultimas palabras de su madre antes de que todos se dirigieran al gran salon donde el septon esperaba para completar la unión.
—Los esposos omega hacen eso.
Comentó por lo bajo mientras caminaba hacia su futuro esposo bajo la mirada de este y el resto de invitados.
Podía sentir la tensión de su familia, seguro nadie esperaba que fueran a unir dos alfas, aunque no habría vuelta atrás una vez Lucerys, Joffrey Aegon III y Viserys II presentasen su casta, hasta el momento todos los hijos de Alicent habian sido alfas, a eso se debia la unión y aunque habian considerado unir a Jacaerys con Helaena, la negativa del Rey había sido muy clara puesto que según él para mantener al pueblo sereno debían casarse el primer hijo de su heredera con su primer hijo.
La ceremonia fue más corta que nada, la unión estaba hecha y todos confiaban en que se consumara el matrimonio en esos dias, luego de la boda se llevaría a cabo una celebración y cacería de siete días.
El Rey estaba con la idea que al igual que hizo Jaeherys el pacífico era mejor demostrar ante cientos de testigos que su hijo y nieto serian los gobernantes de los siete reinos.
Los votos habían sido pronunciados bajo la presencia del septon y los lords más importantes en los siete reinos, se podía ver el disgusto de ambos príncipes y cuando fue el momento de la unión física frente a todos solo unieron labios y mejilla para contentar a los presentes.
Se podía decir que estaban aún más molestos al estar el uno sentado junto al otro mientras se llevaba a cabo el banquete.
—Me gustaría que dejaras de beber, por lo menos hoy.
—Claro porque quiero pasar la noche de bodas completamente sobrio ¿no es así?
La cena se estaba llevando a cabo en ese momento algunos invitados bailaban otros sólo compartían el chisme reciente y por supuesto hablaban de la infelicidad de ambos recién casados, no había duda de que esa había sido la boda arreglada más infeliz del Reino ganando por mucho a la infelicidad de la reina el día de su boda.
La orden del Rey se había llevado a cabo sin contratiempos, si, y todos disfrutaban de ver al rey feliz a pesar de que estuvo sólo unos momentos en la cena antes de irse.
Jacaerys estaba aburrido de que su reciente esposo no tuviera atención más que para el vino.
Sin pedir disculpas o hacer mención alguna se puso de pie y camino a los asientos de al lado para pedir bailar con Healena.
No hace falta decir que la Reina Alicent estaba disgustada pues los esposos no habían bailado aún.
Rhaenyra sólo sonreía a su hijo, sintiendo pena por no poder hacer nada pues su hijo y la princesa Healena hacían una espléndida pareja y serían ellos dos bailando en ese momento si su padre hubiese dado su brazo a torcer.
El disgusto se contagiaba de la Reina a su primer hijo que observaba a su esposo y hermana bailando, ¿sentia celos por su hermana?, claro que si era su hermanita menor y nadie tenía derecho a tocarla, ¿sentia celos porque esta bailaba con su esposo? En lo absoluto así al menos no lo tendría cerca.
—¿Acaso te veo celoso, hermano?
Por su puesto su odioso hermano tenía que estar en algún lugar para molestarle y echarle en cara su infelicidad.
—Por supuesto que no, sólo quiero observar y beber, ¿por qué no vas a molestar a Lucerys? se ve bastante feliz bailando con Cregan Stark.
Palabras suficientes para molestar a su hermano, quien volteó casi de inmediato a ver a su sobrino, en efecto estaba bailando animadamente con Lord Stark, sonriendo a cada segundo como si su compañía fuera la mejor.
—Lo que haga ese niño no me incumbe.
Soltó esas palabras observando unos segundos más al segundo hijo de su hermana y se retiró del lugar dispuesto a ir a otra mesa o a la salida para tomar aire fresco.
Jacaerys y Healena volvieron a sus asientos el primero dejando a la chica en su lugar junto con un beso en el dorso de su mano, cual caballero cortejando a una doncella.
La pausa había sido solo para beber y comer algo mientras el resto continuaba en lo suyo, querían retrasar lo más posible el final del banquete para no cumplir con el deber.
—Supongo que ya escogió a su segunda esposa, ¡oh! príncipe heredero.
Bramó Aegon al tener a su esposo cerca, tal vez si estaba celoso después de todo.
—Me temo que no, esposo, planeo  consumar el matrimonio antes de tomar una segunda esposa o un esposo omega aunque sinceramente me tienta tu sugerencia.
No dejó que el otro dijera nada antes de ponerse de pie nuevamente y está esta vez bailar con Baela en una danza igual de movida que con Helaena.
Esta vez se le notaba el coraje y los celos en los ojos pues sabía de buena fuente que fuera de su hermana, Baela como omega era la principal propuesta de matrimonio con su esposo, con Rhaenyra como reina seguro decretarian su boda ni menos llegara al poder.
Se puso de pie tambaleante entrando a la pista bailando en solitario y cambiando pareja cada segundo sólo para llegar al centro donde su esposo bailaba con Baela, casi pudo decir que empujó a la mujer hacia su hermano que bailaba animadamente con Lucerys en ese momento.
—Espero poder bailar esta pieza contigo esposo mío.
Trató  de sonar casual ante la mirada aburrida de su esposo pues estaba a gusto bailando con su anterior pareja de baile, no tuvo más opción que seguir bailando y sólo así la pista de baile se fue vaciando para dar paso al primer baile matrimonial, los invitados lanzaban odas y aplausos con cada vuelta o salto y al terminar la canción se le fueron uniendo el resto como debió ser desde un inicio.
Como le habían enseñado Jacaerys se tomó el tiempo de bailar con toda su familia, incluso con la actual reina que solo había aceptado por cortesía a pesar de que la invitación fue por la misma razón.
Llegó el turno de su pequeño hermano Lucerys, se podía ver en sus pasos torpes y el rostro sonrojado que había abusado un poco del vino, no le hubiera tomado más importancia si no fuera por él reciente olor dulce que emanaba de él.
Terminaron el baile y anunció su retirada casi obligando al resto a retirarse también, en lo posible quería asegurarse de que su hermano llegara a sus habitaciones sin contratiempos así que lo acompañó antes de ir en camino a la habitación que habían preparado para ambos alfas recién casados.
No se esperaba ver vino en el lugar pero no se sorprendió en lo absoluto de ver a su esposo con una jarra y una copa de vino en mano.
—Este vino... Tiene algo diferente...
El comentario de Aegon pasó completamente ignorado a oídos de su esposo quien se dedicaba a quitar cada prenda que traía encima quedando solo en un camisón ignorante de las acciones de Aegon pues en ese momento estaba más preocupado por el estado de su hermano que de otras cosas.
—Esta haciendo calor de pronto...
El joven heredero ignoró aquello también y se dirigió a uno de los muros tanteando las paredes tratando de encontrar una puerta en especial.
—Deberias descansar fue un día agotador.
Empujó la puerta dejándola entreabierta antes de regresar junto a su esposo y depositarlo en la cama.
Sabia que el arrepentimiento lo acompañaría luego de aquello, no estaba cumpliendo con su deber pero quería creer que lo que hacía era totalmente necesario.
No se esperaba que Aegon fuera el que lo tumbara en la cama olfateando al otro alfa como si estuviera en celo y quisiera marcar a su omega.
Entonces todo cobró sentido junto a las palabras de Aegon que no dejaba de besar su cuello y acariciar sus muslos como si tratara con cualquier doncella.
Era más claro que el agua que trataba de marcarlo y hacerlo suyo, no iba a permitirlo tan fácil, así que tan fácil y rápido como actuó su esposo hizo igual y cambió las posiciones, sin pensar más dejó una marca en el cuello de su esposo, la marca que los uniría de por vida y que simbolizaba la consumación de su matrimonio.
El gruñido combinado con un gemido de Aegon se hizo escuchar probablemente hasta por los guardias fuera de la habitacion, los testigos suficientes, con el conocimiento obtenido por los libros supo donde tocar para dejar inconsciente al platinado y salir camino a la habitación de su hermano menor.
El aroma que emanaba era dulce como los pasteles de limón combinados con vainilla dejando en claro su casta, seguro todos en el castillo lo sabían ya, solo entró a la habitación encontrando a su hermano casi lloriqueando, dejó algunas prendas para arropar al menor y aplicó el mismo método que con su esposo para dejarlo inconsciente, así el celo seria más soportable por lo menos esa noche.
Llenó la habitación de su aroma para mantener "protegido" a su hermano, había sido un día muy movido y necesitaba descansar cerca de la unica persona que lo mantenía calmado y libre desde el anuncio de la boda o su reafirmación como príncipe heredero.
Estaba demasiado agotado como para tomar lugar a lado de su hermano quedando dormido en el diván de este sin frazadas, dedicó una ultima mirada a su hermano y suspiró tranquilo, podía descansar al fin.

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Lunes odio los lunes como saben así que me esforzaré porque cada lunes haya actualización.
Preguntaran: por qué?
Porque odio los lunes y si ustedes también, bueno sera una razón para que ansien su llegada y no sea un lunes de mierda, aunque considerando mi... Disgusto por los finales felices...
Disfrutenlo, y ya saben, si escribí algo mal, me corrigen. Saludos.

Pinche Wattpad de mierda, no quiere publicar.

Dos alfas- JaegonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora