𝗖𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗢𝗻𝗲

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𝗣𝗿𝗲𝘁𝘁𝘆 𝗚𝗶𝗿𝗹 - Clairo

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𝗣𝗿𝗲𝘁𝘁𝘆 𝗚𝗶𝗿𝗹 - Clairo

Chaiya apilaba blusas de oficina mientra otros compañeros ponían pantalones en perchas, la tienda cerraba en media hora por lo que rápidamente caminó hacia las repisas de zapatos para ordenarlos.

Su trabajo era lo que la mantenía a ella y a su madre, la madre de Chaiya seguía en Tailandia e internada en un psiquiátrico por demencia y ella al ser su único familiar tomó la decisión de pagar su estadía en el psiquiátrico. Los recuerdos de su madre invadieron la mente de Chaiya hasta que lo que supuso era una de sus compañeras que la pasó a llevar, tirando lo que tenía en sus manos.

Pero los zapatos no tocaron el suelo, la nueva vendedora los había atrapado con velocidad.

- Tienes buenos reflejos, Kuina Hikari.- Dijo Chaiya mientras leía la placa de la chica frente a ella.- Muchas gracias.- Agradeció la fémina con una sonrisa brillante que Kuina respondió casi igual.

- No hay problema, dime Kuina nada más.-

- Entiendo, gracias de nuevo Kuina.- Volvió a agradecer la chica mirando a la castaña. "Es bonita, muy bonita." Chaiya pensaba eso de la nueva.

Kuina en su interior chillaba de emoción y es que desde hace un mes que trabajaba ahí y por fin tuvo motivos para hablar con Chaiya, ella sintió una atracción instantánea al verla y es que era tan dulce, amable, linda, delicada y trabajadora. Kuina no lo pudo evitar, además que si bien ella sentía esa atracción por la extranjera nunca había podido hablar con ella, talvez ya era hora de iniciar una buena plática.

- ¿Qué haces después del trabajo?- Preguntó Chaiya guardando todas las cajas de zapatos. "Bueno, eso fue rápido." Pensó Kuina, pues no esperaba para nada esa pregunta.

- No tengo nada planeado en realidad.- Contestó con una tranquilidad fingida con la que Chaiya rió bajo.

- ¿Te gustaría salir un rato?- Preguntó mientras se volteaba para ver a Kuina cara a cara. - Solo si quieres, claro.-

- Claro que quiero.- Respondió rápidamente Kuina ganándose otra risa de la azabache que esperaba a que la japonesa se corrigiera con un " Me refiero a ¿porqué no?" Sin embargo estas palabras nunca se mencionaron, sin duda la chica era directa y eso le agradó a la extranjera.

- Entonces te veo afuera.- Dijo mientras tomaba las manos de la castaña y despedirse de la misma con una corta reverencia.

- Dijo mientras tomaba las manos de la castaña y despedirse de la misma con una corta reverencia

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Ambas se veían contentas por salir juntas y por salir del trabajo. Para Chaiya no era nuevo invitar a gente a salir, lo hacía con cada nuevo para así conocer más a sus compañeros y compañeras de trabajo y a la gran mayoría les terminaba por agradar.

Kuina definitivamente desconocía este hábito de la chica, probablemente no hubiese ido porque se lo tomaría como acto por lástima. Kuina no quería la lástima de Chaiya, quería su atención y conocerla más. Era raro en ella, solían atraerle chicos con los que nunca llegaba a nada serio, ella recordaba exactamente lo que sintió al ver a la azabache por primera vez.

Chaiya organizaba vestidos por talles cuando se topó con Kuina por primera vez, fue un accidente por parte de la castaña y en el momento en el que se quiso disculpar la chica la detuvo con un " No hay problema, no se disculpe por cosas que siempre pasan." La frase en sí no fue lo que cautivó a Kuina, fue la amabilidad y dulzura con la que lo transmitió. Sin duda eso fue, por no mencionar lo linda que la azabache era.

Chaiya se colocaba un abrigo para no enfriarse en la noche y se dispuso a salir de la tienda en busca de Kuina que estaba fuera de la vitrina apoyada en la pared. Kuina volteó a ver a la azabache y sintio un escalofrío recorrer su cuerpo.

- Bueno Kuina, ¿dónde te gustaría ir?-

- No lo sé.- Las palabras de Kuina salían lentamente como si tratara de no equivocarse al hablar.

- ¿Te gustaría ir por un café?- La sonrisa de Chaiya no parecía desaparecer en ningún momento.

- Claro.-

El ambiente entre ellas parecía entrar en incomodidad para la japonesa así que decidió no decir nada a menos que su compañera hablara.

- Bueno, háblame de ti Kuina.-

- Ahm, no sé que decir.-

- Vamos, todos tenemos un adjetivo para calificarnos.-

- Pues, soy buena peleando.- Ante eso la extranjera frenó su caminata.

- ¿Hablas de artes marciales?- La pregunta de Chaiya hizo sonreír con orgullo a Kuina.

- Si, mi padre era maestro.- Dijo ocultando la melancolía de sus palabras.

- Eso es genial, yo iba a taekwondo de niña aunque no era de las mejores.- Mencionó con diversión retomando el camino.

- Vaya, no lo esperaba.- Dijo extraña la castaña y eso no era raro, Chaiya podía estar en forma pero su estatura y carácter no le daban indicios de que ella supiese pelear y se rió por la ironía y es que ella es igual.

- No parezco una amenaza, pero eso está a mi favor.- Dijo como si leyera la mente de Kuina.

La conversación de ambas se vio interrumpida al llegar a la cafetería, el aroma a café y la música retro las rodeó de un momento a otro. Chaiya se acercó a una mesa redonda de madera y abrió la silla para Kuina la cual sonrió por el gesto.

 Chaiya se acercó a una mesa redonda de madera y abrió la silla para Kuina la cual sonrió por el gesto

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- Dime algo Kuina.- La mirada de la extranjera de pronto se volvió profunda, sin embargo la sonrisa se mantenía.- No lo pregunto con la intención de ofender o incomodar y es que es lo que menos quiero pero de todos modos me intriga.-

Kuina fruncido levemente el ceño y la preocupación entro en su cabeza de la nada.

- ¿Y que me quieres preguntar?- Una sonrisa nerviosa apareció en su rostro.

- Dime, ¿Te gustan las mujeres?- La sonrisa de Chaiya había disminuido y al igual que la de Kuina pero la de esta había desaparecido.

- ¿Por qué la pregunta?- Kuina pensó en dos cosas una de ellas fue que tal vez Chaiya era homofóbica y la otra se la preguntó con un poco de molestia en su voz.- Te gustó acaso?-

La sonrisa que había disminuidos en el rostro de la tailandesa regresó junto una pequeña risa que casi no se escuchó.

- Si, bueno me atraes si es lo que preguntas.- El rostro de Kuina cambió por completo sin duda la chica era directa.- Aún no respondes mi pregunta.-

- No sé si me gustan las mujeres, pero tú.- La frase de Kuina se vio interrumpida por ella misma.

- ¿Yo?-

- Tu me atraes también.- Ambas se sonrieron, si ambas se atraían era por algo no habían hablar mucho sin embargo así son los caminos a una relación, ninguna parecía querer apresurar nada. Atracción y gustar son cosas distintas pero nadie negó que eso pudiese cambiar al menos entre ellas.

𝗔𝗧𝗥𝗔𝗖𝗖𝗜𝗢𝗡 || ᴬˡⁱᶜᵉ ⁱⁿ ᵗʰᵉ ᴮᵒʳᵈᵉʳˡᵃⁿᵈ(PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora