Capítulo 5

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Yoongi.

Rápidamente salí de la camioneta y empecé a buscar a Jimin, para mi suerte, solo estaba sentado en la parte delantera de la camioneta, así que me acerqué a él y noté que estaba sosteniendo una foto en sus manos, era una mujer ya un poco vieja, su rostro demostraba cansancio y sufrimiento, la cual estaba mojada por las lágrimas de Jimin, quién sollozaba mientras acariciaba la foto, podía observar dolor en los ojos de Jimin, quién no despegaba su vista de aquella mujer, poco a poco me fui acercando cada vez más hasta quedar a pocos centímetros de él.

—¿Qué estás mirando? —pregunté dirigiendo mi mirada hacia la foto.

—Es mi mamá, está muy enferma. —dijo limpiando sus lágrimas— tiene cáncer.

—Lo siento mucho Jimin. —susurré acariciando su espalda.

—El dinero que ganaba trabajando sencillamente no alcanzaba para su tratamiento, así que no me quedó de otra que trabajar en el prostíbulo. —contó Jimin— lastimosamente sigue sin ser suficiente y temo que pueda morir, es la única persona que tengo en este mundo.

—Te prometo que ayudaré a tu mamá Jimin, ahora ven, debo curarte esas heridas. —dije entrando nuevamente a la camioneta para tomar el botiquín.

Tomé el botiquín y llevé a Jimin a la parte trasera de la camioneta, donde acomodé la ropa que estaba en las maletas, así sería más cómodo para los dos. Empecé a curar su ceja, la cual tenía una pequeña cortada profunda, primero desinfecte mis manos y luego apliqué el alcohol en el algodón para después ponerlo en la herida, Jimin no pudo evitar fruncir su rostro al sentir el ardor, así que sople un poco para tratar de aliviar su dolor.

Después de terminar con la curación, puse una curita la cual tenía forma de osos, al parecer el dueño de la camioneta tenía hijos, pero eso no importaba. Luego de terminar con eso, me dirigí a sus labios, los cuales tenían un raspón cerca de la comisura, mientras los limpiaba con el algodón no pude evitar quedarme observando sus labios, los cuales eran suaves y carnosos, deseaba tanto probarlos, pero sabía que no ponía hacelo a menos de que Jimin así lo quisiera.

—Hazlo. —susurró Jimin mirándome fijamente.

—¿Q-qué cosa? —pregunté nervioso, al parecer había sido muy evidente.

—Sé que quieres besarme, hazlo. —dijo acercándose a mí. — también quiero besarte.

Jimin se acercó completamente para luego posar sus labios en los míos, los cuales se quedaron inmóviles ante su tacto, pero luego volví a la realidad y empecé a corresponder a su beso. Tal y como lo había imaginado, los labios de Jimin eran suaves y cálidos, los actuales acogían los míos con lujuria y deseo. La intensidad cada vez más iba subiendo, sus labios encajan perfectamente con los míos, como si fueran sido hechos el uno para el otro.

Seguí besando a Jimin, mientras recostaba su cuerpo en la ropa que había organizado anteriormente, luego dirigí mis labios a su cuello, el cual besaba y mordía con suavidad, sacando suaves jadeos por parte de Jimin, los cuales hacían aumentar mi deseo por él. Después de un rato, me acomodé entre las piernas de Jimin, para luego empezar a moverme haciéndolo mío por encima de la ropa, podía escucharlo gemir suavemente cada que nuestros miembros se tocaban, decidí volver a besarlo para calmar un poco sus gemidos, ya que si seguía así, no iba a tener piedad de él. Seguí así por unos cuantos minutos, podía sentir la mano de Jimin quitando mi camisa, pero en ese preciso momento me retiré de él, no podía hacer esto.

La pintura Mágica. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora