XII.1

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La misa había comenzado. No había lo suficiente gente, parecía algo privado. Caminé a lo largo del corredor de la Iglesia, nadie volteó a verme. Ellos estaban centrados en llorar y mirar el blanco ataúd.

Fui hacia donde se encontraba mi familia y Harry. Me senté al su lado. Él ni se inmutó con mi presencia, solo siguió mirando fijamente el ataúd y llorando sin poder contenerse. Mi hermana lo tomó de la mano y lo consoló. Traté de tomar su mano y era como si no hubiese nada. No sintió nada.

Observé a mí alrededor, hubo algo que me interesó. Un chico vestido de negro, tenía lentes negros y no dejaba que vean su rostro. Podría decir que era alguien apuesto, su misma figura lo decía.

Conectó con mi mirada y al instante se sorprendió.

Había sido el único que me había visto.

—Este día conmemoramos el alma de quién en vida fue Moon Amrstrong Brannan, en su memoria dejamos estos lindos recuerdos que nos brindará su familia y sus amigos más cercanos.—Dijo el sacerdote.

—Pero si yo estoy bien.—Exclamé.—Me están preocupando. Yo sigo viva.

Miré cómo Harry se paraba y pasaba al frente de todos. Sus ojos se veían hinchados por tanto llorar.

—Moon era la mejor persona que pudiese existir, ella simplemente era perfecta. Yo siempre la he querido mucho, desde que somos pequeños. Ella me ha enseñado tanto y yo solo sé que nunca podré olvidar nuestros lindos recuerdos. El desgraciado que la mató debe pagar por lo que le hizo, ello no merecía morir así. Y a pesar que nunca fuimos novios, quiero que si ella está escuchando sepa que yo siempre la he amado, la amo y la amaré.

Corrí hasta donde estaba Harry, necesitaba abrazarlo y decirle que estaba bien. En el transcurso que corría hacia él, vi el ataúd.

Me acerqué a mirarlo más detenidamente.

Ahí estaba yo, con la cara destrozada y cada parte de mi cuerpo cortados y simultáneamente puesto juntos como si fuese un rompecabezas.

—¡Yo fui él quien la mató! —Una voz al final se escuchó. El mismo chico de negro. —Disfruté hacerlo.

—¿Señorita Armstrong?—Pronunció el oficial desde su teléfono.

—¿Sí? Dígame. —Respondí tratando de sonar lo más cortés que podía.

—Estoy en el pueblo que me dijo, durante estos días los oficiales me han informado de la entrada de dos individuos a esta zona.—Le dije que continúe.—Se trata de dos chicos, el primero que llegó fue ayer en la noche. Investigué sobre él y es Harry Styles, ¿lo conoce?

—Claro, es mi novio. Sé que siempre va ahí, le gusta ese pueblo, además no creo que él sea el asesino ni nada de eso.—Un largo silencio se prolongó.

—Nunca se puede descartar a un sospechoso sin haber probado que no lo es.

—¿Está insinuando que mi novio mató a su ex novia, a mi hermano y a mi mamá, solo porque quiso?—Reí irónicamente.—No creo que sea capaz de eso.

—Solo comentaba.—Otro silencio se generó.—Bueno, el segundo es Jan Bean. Ha estado muy sospechoso últimamente, ha entrado reiteradas veces a la capilla y siempre de noche. ¿Lo conoce?—Pensé un rato.

—Lo conozco hace poco.

—¿Hace cuánto?—Sabía que tomaba apuntes de lo que decía.

—Lo conocí el día que encontré la cabeza de Rodrigo en mi armario. No sé mucho sobre él, pero lo que pude ver era que era agradable.

We all need R.E.V.E.N.G.E (כולנו זקוקים לנקמה)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora