I.

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La noche era oscura, incluso más oscura que un abismo desierto en donde temen caer y ya nunca salir. Al menos así la sentía.

Caminaba por las solitarias calles de Gore Town, observándola minuciosamente verificando cada parte de ella. Nunca olvidaría lo sucedido, ni quería.

Suspiré recordando cada recuerdo emitido aquí, cada risa o llanto de este pueblo. Pero eso solo quedaban en incompletos recuerdos de hace años atrás. Pequeños y flexibles recuerdos.

Mamá me había enseñado como calcular la hora según la posición del sol, era algo que amaba de ella, que me enseñara con tanta dedicación algo que ella adoraba. Por la ubicación del sol, sin dudar eran las 3 de la tarde.

Acababa de cumplir 10 años, nadie de mi hogar sabía que estaba aquí, tampoco debían saberlo. Cada año regresaba a este lugar, planeando cada detalle de la venganza, llorando cada fecha por mi pueblo, por mi gente.

A pesar de ser tan pequeño, conocía el mundo de una forma tan cruel que ningún niño hubiese imaginado. Algo perverso habitaba en mí y no lo negaba.

Un sonido provino del interior de la capilla. Alguien me acompañaba. Caminé ligeramente, sin sentir miedo alguno me encaminé dentro de esta. Una oleada de frío me recorrió, a estas alturas ni el simple hecho de ver fantasmas me aterraba. Una risa burlona se escuchó tan cerca a mí que sentí que me erizaba la piel, sabía quién era.

¿Buscándome?Volvió a reír.

¿Por qué lo hiciste?Gruñí al sentir su mano acariciarme.¿Por qué los mataste?

Eres un pequeño con agallas, saliste a tu padre.

Yo no soy como tú.Escupí.No soy un cobarde.

Mi propia sangre me insulta.Un silencio reinó.Y ahora tu propia sangre te matará.

Alzó sus manos hacia mí, agarrándome por el cuello sin opción de respirar. Mis débiles manos trataban de apartarlo, pero su fuerza era mucho mayor. Me levantó sobre el aire, dejando mis pies elevados del suelo. Cada apretón que daba se me agotaba las esperanzas de vivir, de cobrar mi venganza y matarlo. Mis manos deja luchar, mi cuerpo se debilitó y fue en ese momento donde dejé de luchar. Era mi fin.

*


Desperté con la respiración entrecortada, con el corazón latiendo fuertemente. La pesadilla de nuevo. Empuñé mis uñas en mi pálida piel y comencé a arañarme descontroladamente, sonriendo de placer.

Retiré mis cabellos pegados a mi frente por el sudor, de un salto salí de mi cama encaminándome a la planta inferior.

Miré el vidrio que me separaba del exterior, la penumbra y el silencio reinaba, todo estaba oscuro excepto por los focos medios titilantes a estas alturas de la madrugada.

Abrí la puerta tratando de no hacer ni un minúsculo sonido, no era que nunca me hubiese escapado de la casa pero sentía que cada vez que me salía sin decir nada me reprendían.

La familia que me había adoptado era algo descuidada y nuestra relación funcionaba, tú te encargas de tus cosas y nosotros de la nuestra, mientras eso se cumpla no hay problemas. Podía desaparecer semanas y a ellos no les importaba, ni que a mí me importara tampoco.

Cambié drásticamente de tema y comencé a memorizar mi plan paso a paso, en días comenzaría.

Sacome de mis pensamientos unas pisadas apresuradas que venían de la acera opuesta. Sonreí oscuramente y crucé. Hace días que no me divertía, tenía tantas ganas de hacerlo.

We all need R.E.V.E.N.G.E (כולנו זקוקים לנקמה)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora