Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Hashirama frunció el ceño ante las insistencias de sus amigos, principalmente de Madara, para tratar de convencerlo de ir a beber, mientras veían a lindas damas bailando con poca ropa. Era extraño como las cosas habían cambiado tanto, años atrás, era él quien molestaba a Madara y se veía obligado a correr para no recibir la furia de su mejor amigo. Claro, eso había sido durante los días felices, los mismos que estuvo enamorado de su exesposa Mito. Él se había enamorado de ella prácticamente a primera vista, la hermosa pelirroja estudiaba en la misma universidad que él, aunque ella estaba por graduarse, mientras que él, apenas iba ingresado.
La mujer era toda una triunfadora y a su corta edad, ya se proyectaba como una exitosa médica, incluso asistía al hospital como pasante, cosa que muy pocos lograban hacer a su edad. Durante los primeros meses de verla, se sintió muy poca cosa para acercarse a ella, no obstante, Mito se convirtió en una obsesión y con todo el valor que poseía, se aventuró a invitarla a salir, recibiendo como resultado un cortes rechazó. La voluntad del Senju no se vio afectada por ese rechazo, sino todo lo contrario, pues a partir de eso, él se propuso a mejorar para lograr estar a su altura y fue así como también accedió al hospital perteneciente a su familia. La carrera médica no era algo que le llamaba la atención, a pesar de ser uno de los mejores en la clase, pero lo hizo por ella, para demostrarle que era digno de su atención.
Con apenas diecinueve años, Hashirama logró conquistar a la Uzumaki y poco tiempo después, contrajo matrimonio con ella. Al tenerla segura, optó por dejar la medicina y seguir lo que en realidad deseaba... pertenecer a las fuerzas especiales de la policía. Mito no pareció muy convencida con su repentina decisión, sin embargo, hizo lo que él esperaba y le brindó todo su apoyo.
Para cuando él logró las rondas nocturnas con los agentes mas experimentados, Mito ya había obtenido su maestría médica, no obstante, lo que debía ser motivo de celebración, poco a poco fue formando grietas en el matrimonio. Su mujer lo acusaba de no tener tiempo para ella y también de ser un inmaduro impulsivo, incapaz de tomar en serio el compromiso de un matrimonio.
Si bien es cierto que ella era mas madura que él, no sólo por la diferencia de cuatro años en la edad, también era cierto que él se esforzaba para ser una mejor persona, quería lograr ascender, su objetivo era que ella se sintiera orgullosa del hombre en que se había convertido. Fue entonces que se le ocurrió la idea de pedirle que tuvieran un hijo. Creyó que si se convertían en padres, ella ya no se sentiría tan sola, pero lo que él creyó una buena idea, se transformó en otro motivo para reñir. Mito le dio un sinnúmero de excusas y con el tiempo, se negó rotundamente a ser madre haciendo la grita aún mas grande, incluso comenzaron a dormir en habitaciones separadas.
Con apenas veintidós años, ya se sentía un hombre mas maduro y digno de una mujer tan exitosa como ella. Lo acababan de ascender a un puesto mas alto y su carrera iba en aumento. Llegaba a su hogar y le contaba a Mito todo sobre su día, quería que ella supiera que no era un inmaduro y en lugar de verla contenta, sólo veía una expresión triste en su rostro.
El Senju comenzó a pasar días sin regresar a su hogar debido a sus múltiples obligaciones y no se percató de la ausencia de Mito. Su hermano le comentó que debía ponerle mas atención y él lo ignoró, diciendo que todo estaba bien, no fue hasta que ella le pidió el divorcio, que no miró la triste realidad. De nuevo Tobirama le hizo el comentario, sin embargo, también añadió que ella parecía enamorada de alguien mas.
Se arrepintió tanto de haber golpeado a su hermano cuando el único responsable de su desgracia era ese hombre que se encargó de robársela, de enamorarla ofreciéndole lo que ella quería. Fue Madara quien finalmente le abrió los ojos a la realidad y por orgullo se negó al divorcio, aún cuando ya no recordaba la última vez que habían intimado.
ESTÁS LEYENDO
Todo, o nada
FanfictionEn Konoha había varios hospitales, pero uno de ellos era el lugar donde cada aspirante a la profesión médica quería ingresar, dándole la bienvenida sólo a los mejores. Fue así que quienes ya llevaban tiempo en el hospital, comenzaron a tener riñas c...