Sentado en la cama, Leon bufó con fastidio una vez más. A causa de la herida que llevaba en el pecho, le habían inmovilizado el brazo izquierdo para que esta no empeorase, algo que lo enervaba. De pronto, una actividad tan sencilla como ponerse una camisa se había convertido en toda una odisea.
Sentada en una silla al lado de su cama, Jill sonrió enternecida al ver a aquel agente aguerrido y valiente quejándose como un crío.
—Ja, ja —el rió con sarcasmo mirándola molesto—. Veo que te diviertes.
Realmente divertida por aquella actitud en parte infantil, se puso en pie, lo ayudó a terminar de ponerse la camisa y se la abrochó. Luego acarició su mejilla con mimo. Fue en aquel preciso momento cuando Chris entró en la habitación y quedó paralizado ante la escena.
—¿Cuándo he pedido yo tener una hermana mayor? —el rubio protestó al recién llegado fingiendo estar molesto.
Chris, al escucharlo, le devolvió una enorme sonrisa.
—No te quejes, chaval. Ya quisiera yo que una enfermera tan guapa y maravillosa como ella se preocupe por mí—afirmó alegremente.
Jill, sorprendida, lo miró de reojo pero no dio señales de haberlo escuchado siquiera.
—¿Cuándo voy a poder salir de aquí? —preguntó impaciente.
—Leon, ya hemos hablado de eso. Ya sé que el gobierno no hace más que insistir en que te den el alta para que comparezcamos ante la comisión de investigación, pero tu salud es lo único importante. Si el doctor dice que debes descansar al menos un par de días más, vas a hacerlo —le dejó claro.
—Mi salud no es lo único importante, ni lo más importante tampoco. Hay que parar los pies a esa maldita chiquilla, Chris, y lo sabes tan bien como yo —objetó buscando en su mirada la aprobación que sabía que iba a encontrar—. Tenemos que localizarla, determinar exactamente cuáles son sus actividades y la implicación que tienen exactamente, y anular ambas de un modo radical.
—Lo sé, lo sé... Te van a machacar, Leon, la comisión de investigación te va a hacer polvo si te empeñas en afirmar que toda nuestra actuación se ha basado tan sólo en una corazonada tuya —se lamentó frustrado.
—Me trae sin cuidado, la verdad. ¿Acerté en mi corazonada o no? —preguntó con cinismo—. Pues para mí, eso es lo único que importa, y para ellos debería ser del mismo modo. Que se atrevan a cuestionarme —afirmó amenazador.
—Claro que se atreverán a cuestionarte: van a acusarte de estar cooperando con ella en lo que cojones sea que está tramando —aseguró preocupado.
—Que lo demuestren.
—¡Joder, Leon! ¡Ya sabes los métodos que usarán en la sombra!
—¿Que me torturarán, quieres decir? Que lo hagan —dijo con desprecio.
—¡Mierda, Kennedy! ¡Eres desesperante!
El agente le devolvió una sonrisa torcida.
—Yo tengo la conciencia tranquila, eso es lo único que me importa.
Chris negó con la cabeza derrotado.
—Estás haciendo todo esto por mi hermana...
—En absoluto. ¿Qué sentido tiene meterla a ella en este asunto? ¿Quieres que nos ingresen a todos en un psiquiátrico por decir que hemos seguido una premonición que ella ha tenido? ¿Te parece más razonable decir eso que afirmar que yo, quien conozco a esa chiquilla casi como si estuviera dentro de su cabeza, he visto venir sus intenciones psicópatas y terroristas? —argumentó con obviedad.
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𝐏̸𝐑̸𝐎̸𝐓̸𝐄̸𝐆̸𝐄̸𝐑̸𝐓̸𝐄̸
FanfictionCuando Claire Redfield comienza a sentir que a su mejor amigo, Leon, le acecha un terrible peligro del que sólo ella puede protegerlo, no es capaz de saber de qué se trata, cuándo sucederá ni cómo, tan sólo que, nada más él la ha invitado a ser su p...