Me despierto por la alarma intermitente y lo primero que percibo, con molestia, es la luz radiante que entra por la ventana, la cual me encandila. Restrego mis ojos y me estiro, bostezando.
Después de unos minutos sentada en mi cama, aclarando mi mente mientras miro a la nada, echo un vistazo al reloj.¡Maldición! ¡Dormí más de la cuenta, son las 8:10!
Me higienizo y preparo a una velocidad tal, que en 15 minutos ya estoy fuera de mi casa, atravesando a zancadas las manzanas que la separan del instituto.No debería haberme quedado chateando hasta tan tarde, espero que el portero no lo tome como llegada tarde...
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Al llegar, exhausta, saludo al hombre y me mira con severidad. Me disculpo por la demora, y afortunadamente no me hace firmar en la lista, así que aprovecho para ir a clases lo antes posible, maldiciendo por el momento incómodo que tendré que pasar ya que evidentemente, todos entraron a clases hace unos minutos.
Abro la puerta de mi aula lo más despacio que puedo y me disculpo con la profesora de Matemáticas al interrumpir la clase. Ella sólo asiente y continúa sin más, por lo que me dispongo a buscar mi pupitre, el cual ya está ocupado.
No me extraña.
Contengo un suspiro al observar la sonrisa orgullosa de Rin y me dirijo hacia el único lugar vacío que hay, en la esquina del fondo.
Al menos podré apoyarme contra la pared, o mirar por la ventana. Y la verdad es que lo prefiero.
Tomo asiento, y tras un rato de escuchar a la profesora, mi atención se desvía inevitablemente hacia los recuerdos de la conversación de anoche.
Nunca esperé que Hayate y yo tuviéramos tantos gustos en común, pero por alguna razón, me pone feliz. Aparentaba ser un chico serio, pero ahora pienso que quizás sea una fachada, porque de hecho, resultó ser muy gracioso. Aunque bueno, en parte lo entiendo, a mí también se me facilitan las cosas al chatear, porque en persona me pongo nerviosa y eso hace que me trabe al hablar...
Sonreí inconscientemente.
¿Qué más esconderá bajo esa fachada? ¿Acaso seguiremos hablando?
Al reparar en mi sonrisa y en el tic de mi pierna, sacudo mi cabeza para alejar esos pensamientos que de algún modo, me ponen inquieta.
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Tras la lección, todos oímos el timbre que da lugar al primer receso del día, de 20 minutos. Mis compañeros se apresuran para salir de clase, mientras yo me cuestiono si ir al aula de Natsumi a saludarla o no, ya que ella no suele salir al patio, al igual que yo.
Por un lado, me gustaría saludarla y hablar un poco con ella, pero por otro, no sé si podría saludar a Hayate como si nada hubiera pasado.Pero, ¿en qué diablos estoy pensando? Sólo fue una conversación, una noche de conversación... ¿Por qué me pone nerviosa simplemente verlo después de eso? Dios, qué tonta. Odio mi timidez con todo mi ser.
Despejo mi mente y por fin decido ir.
Abro la puerta cautelosamente y mi mirada busca desesperadamente a Natsumi para no tener que encontrarse con la de nadie más. Para mi desgracia, se encuentra charlando con unos compañeros en una especie de círculo. Al único que identifico es a Hayate, al cual evito al instante.
Me acerco a ellos, pensando en qué decir para que no sea una situación extraña, pero son milésimas de segundo y no logro armar nada coherente.—Natsumi... —Me acerco a ella y toco su hombro, saludándole con voz baja sin querer. Mantengo mi mirada en el suelo, pero puedo percibir que en este momento todos me están observando.
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Alternation [Editando]
RandomUna adolescente intenta encontrar paz y tomar el control de su vida mientras lidia con fantasmas del pasado y problemas familiares. Pronto descubrirá que sus peores enemigos no son los que creía.