Recuerdos

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Qué bonitos recuerdos... Lástima que las cosas terminaron tan mal entre nosotros...

¿Bonitos recuerdos? No puedo creer que estés diciendo eso...

Poco a poco comienzo a sumirme en esos recuerdos que son tan lejanos en estos momentos.

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En el patio exterior del colegio Kanzen, en la ciudad de Kioto, un niño pelinegro, ojizarco, de tez pálida y nueve años de edad, se encontraba corriendo con una gran sonrisa en el rostro y sosteniendo una pequeña bolsita rosada entre sus manos.

Su mejor amiga se encontraba sentada en un banco, dibujando en un pequeño cuaderno a un niño y una niña tomados de la mano, con corazones flotando sobre ellos. Había crecido un poco, se había dejado crecer el cabello, que le llegaba a la cintura, pues había oído que al chico que le interesaba, su mejor amigo, le parecían más bonitas y femeninas las chicas con cabello muy largo.

Alzó la mirada y divisó al niño en cuestión corriendo hacia ella con una deslumbrante sonrisa, por lo que no pudo evitar sonrojarse.

Intentó ocultar su sonrojo con su cabello, inútilmente, hasta que divisó también a Kitsuke, el mejor amigo del moreno y, en ese entonces, también suyo, corriendo detrás de éste. 

De un momento a otro, Shigeru ya estaba frente a ella y la saludó alegremente, seguido de su rubio amigo. El primero, al ver esto frunció el ceño y miró a Kitsuke con rivalidad; apresurándose para entregarle el regalo a su amiga.

—Seiki, esto es para ti —Extendió la bolsita con un evidente sonrojo.

—Oh, gracias, Shigeru-kun... Pero... no tenías por qué hacerlo, no es mi cumpleaños ni nada por el estilo... —respondió ella, sorprendida por el presente, aceptándolo cuidadosamente, también sonrojada.

—Tú solo ábrela, por favor...

La niña atendió su súplica y abrió aún más sus verdes ojos al descubrir en el interior de la bolsita una cajita plateada, de la cual sacó un lindo anillo del mismo color.

—P-por favor, Seiki Sakurai, sé mi novia... —Miraba a su amiga con una expresión totalmente tierna. 

Al instante se puso totalmente roja, incrédula ante lo que estaba pasando, así como Kitsuke, quien observaba la escena con impotencia.

—¡Por supuesto, Shige-kun, eso es lo que más quiero!

Al oír la respuesta de su amiga, el rubio abrió aún más sus ojos ámbar, y su expresión se tornó inmediatamente triste. Dirigió la mirada al bulto que tenía en el bolsillo de su pantalón, que escondía la bolsita que él mismo había preparado para su amiga y, sin poder contenerse, dejó escapar varias lágrimas, que empezaron a descender por su rostro. Rápidamente trató de ocultarlas con su antebrazo, y al no lograrlo, salió corriendo de allí.

—¡Kitsuke, espera! —gritó ella, preocupada por su amigo.

—¡Kitsuke, vuelve! —gritó el pelinegro.

La niña de cabello rosa giró su cabeza para mirar con desesperación a su nuevo "novio".

—Shige-kun, ¿y ahora qué hacemos?

—No lo sé, Seiki... Pero Kitsuke tiene que entender que ahora yo soy tu novio, y que eso no cambiará hasta que alguno de nosotros dos lo decida.

—Pero... yo quiero que él siga siendo mi amigo —Bajó la mirada con tristeza.

—Seiki, si él de verdad es tu amigo, lo seguirá siendo pase lo que pase.

—Pero yo lo hice llorar... ¡Mi mejor amigo lloró por mi culpa! 

Alternation [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora