Si es que soy tonta

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(Ya estamos en el capítulo 4, Noa fue bastante descuidado, ni se sabe nada de él, bueno, tal vez descubráis algo en este capítulo, o en el siguiente, leed para saberlo, saludos de Ulises a mis lectores)

Capitulo 4 Si es que soy tonta

Me fui rápido a casa cuando me despedí de Noa, quería que la tierra me tragase de lo nerviosa que estaba. Mi casa no es muy grande que digamos, es lo que me puedo permitir con lo que se gana trabajando básicamente casi todo el día, pero por desgracia, funciona esto así aunque sea de lo mas injusto. En ella tengo un salón pequeño, con un sofá y una televisión que acompañaban la casa, y en el fondo tengo mi habitación con mi cama, y poco mas, el baño ni falta que hace describirlo, da pena, pero sirve al menos.

-Dios mio, si iba de lo mas que bien.- me pongo ha hablar conmigo misma. -No se porqué le mentí, no me costaba nada de nada haberle dicho que puedo aunque sea cambiar los ojos a voluntad, aunque no se si eso le llevaría a preguntarse hasta quien podría llegar a ser, y por ahora quiero seguir viéndolo con esta forma. Tengo ganas de que llegue mañana, pero creo, que como mucha gente, va ha acabar pasando de mi.

Escucho mi teléfono, veo que es Carlos, pero no decido contestarle, espero que termine de sonar y le escribo.

-(Tranquilo, estoy bien, me molesta un poco, no tengo ahora muchas ganas de hablar, no me contestes el mensaje, mañana nos vemos)

Mi puerta suena, tiene que ser mi hermana, es la única persona que tiene llaves de la casa.

-¿Como estas? - me pregunta sentándose a los pies de la cama. -Te queda genial el nuevo aspecto- se ríe y me mira.

-Fue un error ir así, no se porqué no lo pensé antes – le aparto la mirada y me giro hacia el lado contrario de la cama.

Estuvimos hablando de todo un poco en general, hacía bastante tiempo que no venía a mi casa, y no teníamos una charla así, Le hablé de Noa, y me opinó lo mismo que hace un tiempo, que si me gusta, que lo intente que me deje de tonterías, que no estamos en el siglo XIX como para andarme con tantos rodeos, y tampoco tengo edad para estar jugando como a los 19 años míos.

Después le comenté que quiero abandonar mi trabajo, pero que no tengo decidido ni un plan, pero que me estaba cansando un poco de todo, y es que, todos los días se me están haciendo iguales. Y mira que entrenando también se repite la monotonía, pero no lo siento igual.

Cuando aso bastante rato, y he de admitirlo, lloré por un montón de cosas acumuladas, cuando me desperté, tenía a mi hermana a mi lado dormida, le puse algo en la mesita de noche para que comiera algo al levantarse, y volví al aspecto normal para ir al trabajo, todavía, pese a la medicación extraña que me dio Noa, me molestan las costillas, y se me ve todo el costado izquierdo bastante morado, suerte que con la ropa no se iba a ver.

Se me pasa el día de lo mas largo, por suerte no estoy cometiendo los fallos que tenía ayer, si que es cierto que mas pronto que tarde me quiero ir de aquí, pero tampoco soy tan tonta como para irme de mi fuente de ingresos.

Cuando salgo diciendo adiós y yéndome mas rápido que de costumbre, ya que tengo ganas de ir al gimnasio entrenar, y si fuera posible quedarme toda la noche ahí.

Cuando, entro, no veo a Noa por ninguna parte, y a Carlos tampoco lo vi, y curiosamente mi hermana también faltó.

Lo que mas me extraña para mi, es que Noa me prometiera venir y no esté ya que conociéndolo como lo conozco, jamás falta a su palabra aunque le cueste mucho.

Lo de mi hermana es mas habitual, ya que a veces suele tener trabajos extras como los de ayer, y Carlos me escribió, que le daba mucho miedo volver a descontrolarse, y que sería mejor no entrenar conmigo.

yo y yopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora