Talasofobia

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La mente de Boy era tranquila... al menos en lo que se podía, las voces lo atormentaban algunas veces pero al estar cerca de Mono aquellas parecían dejarlo tranquilo. Aunque eso no evitaba que siguiera sintiendo dolores de cabeza una vez que su cuerpo decidía que estaba completamente recuperado.

-Hmg... -el de camisa roja se quejó aún con los ojos cerrados, ese dolor siempre llegaba una vez que parecía haber descansado bien. Casi como si fuera un despertador personalizado al que estaba obligado a ''escuchar'' sin opción a apagarlo o evitar que suene en la siguiente ocasión.

En cambio, la mente de Mono estaba calmada mientras escuchaba una estática arrulladora, haciéndolo sentir seguro y a salvo, casi como si estuviera en su lugar de origen. La cálida y acogedora torre brindándole su fuente de alimento, aunque no podía comer, estar en ese lugar mantenía alterada su mente sobre todo el miedo constante que pasaba y la extraña e intrusa señal que rondaba por ahí. Estaba acurrucado en bolita entre los cabellos de cierto chico durmiendo pacíficamente, creando un estable y necesario ahorro de poder con las partículas vagas pero limpias que tiene el aire misterioso del lugar, así sintiendo un poco más de seguridad al tener una reserva para poder defenderse.

El de camisa roja por fin abrió los ojos y miró a su alrededor, no se movía todavía de la pose recostada en la que estaba pero si volteó un poco la cabeza y rió un poco al ver al pequeño aferrado a su cabello, estando recostado en esa posición que lo hacía parecer aún más chiquito de lo que ya era. Boy se terminó de levantar, cuidando de no molestar al pequeño y nuevamente hizo lo que antes cuando estaban en esa zona donde el de la bolsa había encontrado esa pelota celeste.

Miró un poco el camino y avanzó sin alejarse demasiado para saber donde continuar, "por aquí" susurró al ver unas escaleras y un poco más allá una especie de lago o algo así, no sabían como tendrían que pasarlo pero algo se le ocurriría. Entonces volvió a donde estaba el otro, ya sea para tomarlo en brazos o despertarlo para continuar.

-Hmm~... -el pequeño se acurrucó más en si mismo, ignorando como algo se movía no tan lejos de él.

No había ningún peligro por ahora y el de la bolsa estaba bastante cómodo a pesar de ser el suelo, pero fue entonces que sintió como algo se infiltraba debajo de su cuerpo y lo levantaba, hizo una leve mueca por eso pero no le importó tanto como para estar alerta, solo levanto la cabeza para ver lo que tenía en frente.

-¿Hm?~... oh, Boy -metió su manita debajo de la bolsa para poder tallarse un ojo y luego bostezar, viendo donde estaba, al momento dejo de ensoñarse para estar más activo, cambiando de posición para estar sentado en las manos del otro. Dejando sus piernas colgando- hm~... supongo que debemos avanzar, waah... ¿cómo dormiste?

-Hola pequeño -dijo el chico soltando una risilla ante la actitud dormitada que tenía el otro- ...oh, fue un descanso bastante bueno. Pero ya me siento mejor así que debemos movernos -mencionó mientras miraba al de la bolsa.

Para Boy, ver como Mono movía sus piernitas mientras estaba en su mano era adorable. Por lo que aprovechando que estaba así acercó su mano a las diminutas del pequeño, dejando que este le apretara un dedo durante unos instantes antes de darle una suave caricia en el mentón que se veía apenas por la bolsa levantada.

-¿Hm?... -cuando el pequeño vió la mano del chico acercarse, por mera costumbre tomo uno de sus dedos al no poder dar toda la mano, aunque de la nada el otro de dio una suave caricia.

Fue sorprendente pero lo acepto gustoso, jamás le había pasado algo asi, era tan nuevo que hasta solto una sonrisa un poco boba. Incluso se podía escuchar un pequeño ronroneo de parte del chico, el de camisa roja quedó algo sorprendido por esto la verdad.

~ Pesadilla de otro mundo ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora