Entre coronas y garfios

2

Cuando Harry abrió la puerta de la limusina, lo primero que vio fue a Jay devorando casi todos los dulces, a Evie arreglando su maquillaje en su espejo y a Mal, que fue la primera en notar su presencia, mirándolo con desprecio.

—¿Tú que haces aquí?.— dijo Mal con los brazos cruzados.

—¿Qué? ¿Maléfica no te lo dijo?.—se sentó en el asiento frente a ella.— Yo también voy a Auradon

Mal lo miró con molestia ante la idea estar en el mismo lugar con Harry.

—¡¿Tú?!—se entrometió Jay con aparente enfado.— ¡¿Te eligieron a ti envés de a Carlos?!

—¿Quién no me elegiría a mi?— Harry le sonrió con superioridad.

Eso hizo enojar más a Jay.

—Eres un...— lo agarró del cuello de su chaqueta con intención de golpearlo.

—¡No!

Pero todo fue interrumpido por el grito de Evie, quien seguía mirando por la ventana.

Entonces se dió cuenta.

Se encontraban en el puente roto de la isla, y la limusina seguía avanzando, asegurando una muerte terrible.

—¡Es una trampa!— gritó Jay, soltando a Harry para abrazar a los demás chicos de la isla.

Todos comenzaron a gritar y se pudo ver el terror en sus rostros, pero el sentimiento no duró mucho. La barrera se abrió y con ello se formó un puente dorado brillante que parecía estar hecho de magia.

Harry jamás había visto algo parecido, algo tan mágico.

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Durante el viaje tuvo que aguantar a Jay comportándose como un cerdo y a Mal, que no dejo de observarlo desde que llegó.

—¿Puedes dejar de mirarme?

—Sé que Uma trama algo, jamás desperdiciaría la oportunidad de ganarme.— dijo Mal mientras se acercaba a Harry con intención de intimidarlo.

—No todo se trata de ti, Mal—se acercó a ella, igual como lo hizo antes.—Estás chiflada.— la empujó de vuelta a su asiento.

Pero entonces la limusina se detuvo, ya habían llegado a Auradon

—Bien, ya veremos que pasa, pirata. — lo último dicho fue con tanto odio que casi parecía que estaba apunto de escupirle, pero abrió la puerta para salir.

Harry solo la miró irse, esperando que no descubrieran el plan de Uma.

Cuando salió de la limusina, no esperó ver a tantas personas reunidas por su llegada, tampoco que una banda comenzara a tocar apenas todos los hijos de villanos salieran.

Harry se extrañó con la atención que les estaban dando, pero debía admitir que le encantaba.

De pronto toda su atención se enfocó en la mujer de celeste que venía hacia ellos con dos personas atrás de ella.

—¡Bienvenidos a la preparatoria!—dijo ella, con una enorme y amigable sonrisa —Soy el hada madrina, la directora.

—¿Es el Hada madrina?— preguntó Mal con inesperado interés— ¿La del "bibidi babidi bu"?

—"Bibidi Babidi", tú lo dijiste.— respondió con con un tono amable.

—Si, sentía curiosidad —expresó Mal—qué habrá pensado Cenicienta cuando apareciste, como si nada, con esa varita brillante y... una sonrisa, y esa varita brillante.—dijo con un tono tan falso, que se le hacia increíble como ninguno de los presentes se daba cuenta.

Harry notó que Mal estaba actuando extraño, se había dado cuenta cuando apenas salió de la limusina no paró de sonreír ni por un momento, aunque jamas se espero su curiosa fijación por la varita del Hada madrina.

— Eso fue hace mucho tiempo atrás —dijo el hada madrina, mostrando su encanto por los halagos de la joven con una sonrisa tímida.— es lo que suelo decir, "concéntrate en el pasado y te perderás el futuro"

Entonces una voz que venia detrás de ella se llevo las miradas de todos los presentes.

—Es un gusto al fin conocerlos, soy Ben.—dijo él, con una sonrisa vacilante pero con un tono de voz grueso intentando parecer lo mas serio posible. Parecía un niño imitando a un adulto.

—Principe Benjamín, ¡será nuestro rey! —recalcó la chica que estaba junto a el príncipe, obligando a que todos la miraran.

—Ella es Audrey.— dijo el principe tratando de no parecer tan incomodo como todos estaban con la presencia de la chica.

—Princesa Audrey.— insistió ella—¡su novia!, ¿Cierto "Beniboo"?

—Ben y Audrey les mostrarán el lugar— dijo el El Hada madrina antes de que el príncipe pudiera contestar.— y yo los veré mañana.

El hada madrina se fue y junto a ella también la banda. Todos se habían quedado en un silencio incomodo hasta que el principe reaccionó y se acercó a darles la bienvenida a cada uno.

—Es todo un gusto conocerlos finalm-mente chicos.— quiso estrecharle la mano a Jay pero este le dió un pequeño golpe en el pecho.

—Está es una memorable ocasión, una ocasión que espero que quede en la historia, ¡el día en que nuestros pueblos se unieron...!

Cuando Ben se detuvo frente a Harry, se le quedo mirando unos segundos que para Harry casi se le hicieron eternos.

—Tuviste que memorizar todo eso, ¿verdad?— dijo Harry tratando de interrumpirlo.

Se pudo ver cómo Ben se puso nervioso.

—¿Fue muy formal?

— Para nada.—Harry sonrió divertido y lo miró mientras se inclinaba para tomar la mano de Ben para después depositar un ligero beso en ella— es lo que se esperaba de un príncipe.

Aunque fue por un segundo, se pudo ver el pequeño sonrojo que ese beso causó en Ben.

Al parecer Audrey también lo notó y quiso intervenir.

—Hey, el hijo de Garfio ¿verdad?—dijo ella de nuevo con su sonrisa hipócrita.— ¿sabes? no te juzgo porque tu padre haya intentado vencer a un niño pequeño, y que jamás haya ganado.

Harry nunca esperó que alguien mencionara a su padre, hasta ese momento nadie se atrevía a hablar de el.  Realmente odiaba a ese hombre.

—Ya para con tu juego de niñas.— dijo burlándose de ella.— Nunca creí que una princesita podía hablar así.

El príncipe soltó una pequeña carcajada que rápidamente intento ocultar con una tos, eso hizo enojar a Audrey

—¿Qué no sabes quién soy? —dijo con su falsa amabilidad a punto de desaparecer.— ¿la hija de Aurora?

Cuando vió que Harry aún no entendía, se notó realmente ofendida.

—¿La bella durmiente?.—intentó de nuevo, sonando cada vez mas impaciente.

—¡Okey! — intervino Ben tratando de calmar la situación— ¿Qué tal un paseo? ¿Si?

Entonces se encaminaron a su nuevo hogar y escuela, dónde Harry tendrá que ser cuidadoso con sus movimientos y evitar que Mal descubra el plan de Uma.