Era de tarde, y lo que menos me esperaba era a Ben, recostado en el marco de la puerta de mi habitación, mirándome con los ojos mas brillantes que nunca. Parecía estar soñando, oh cuanto quisiera estar soñando, no sabia en que momento me había quedado embobado viéndolo.
—¿Nos vamos?
Nos subimos a su moto en donde tuve la oportunidad de sostener su cintura, al parecer a el no le importo, porque me dejo sostenerla durante todo el camino.
Ben se detuvo cuando llegamos a las afueras de la preparatoria, quedando frente a un enorme puente en medio de la nada.
En el transcurso para llegar al otro lado aprendi muchas cosas sobre él, como que su segundo nombre era Florian, Florian, era tan principesco; también me contó que su relación con Audrey era más que nada para satisfacer a sus padres.
— Pensaban que si tenia a alguien como Audrey a mi lado, por fin le daría seriedad a mi labor como próximo rey.
Entonces me pregunte si el príncipe llego a amarla, pero él se adelantó en responderme.
— Ellos intentaron que lo nuestro funcionara, pero simplemente no podía, nunca pude amarla de verdad, incluso hubo un tiempo en que trataba de convencerme a mi mismo de que ella era lo que necesitaba.
De pronto sentí su mirada fija en mi.
—Claro que... todo eso pasó antes de que llegaras tú.
Cuando volteé pude presenciar una de las mejores escenas, fueron esos grandes ojos castaños brillando con la perfecta luz del sol que me fascinaron por completo.
En ese momento no pude reaccionar de otra manera mas que mofarme por el intento de coqueteo del príncipe.
— Si que eres un principito tonto.
— Hey, no estuve tan mal.
— Como diga su majestad.
Hice una reverencia bastante exagerada y por una extraña razón comenzamos a correr, tal vez fue la felicidad del momento o el hecho de que el príncipe me perseguía intentando atraparme, fue algo tonto de los dos, pero aun asi lo senti tan especial, tan íntimo; es algo que jamás haria con alguien más.
Pudimos haber estado bromeando así por más tiempo hasta que me detuve cuando enfrente mío apareció un lugar tan... irreal, era algo que jamás podría ver en la isla.
—Es aquí.
Me sostuvo del brazo y mientras más nos adentrábamos en aquel lugar, podía ver con mayor claridad su magia, las aguas cristalinas parecían irradiar colores, todo estaba tan lleno de vida.
En ese momento me di cuenta que el príncipe me mintió todo este tiempo, aunque era mas que obvio, nadie vendría a "entrenar" en un lugar como este.
No estaba seguro de en qué momento Ben se alejo de mi que de pronto lo vi abriendo sus brazos, dejando que una ráfaga de viento desordenara su castaño cabello, sintiendo esa aura majestuosa que irradiaba el lugar.
— Me encanta hacer esto cada que vengo.
— ¿Y en serio entrenas aquí?
Se volteo a mi y sonrió intentando ocultar su mentira.
— P-por supuesto.
Era inevitable no reírme de su pobre intento de seguir con su plan.
— Di la verdad.
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Entre coronas y garfios
RomanceEl plan de Mal es arruinado y Ben se enamora de Harry por un hechizo